Saturday, January 18, 2020

Mi cuñado abusó de mí y me dejó embarazada



Shirley Carvajal, Nicaragua

Sólo tenía 16 años y cursaba el cuarto año de Educación Secundaria. En casa siempre hemos sido personas de escasos recursos económicos así que, cuando mi mamá y mi papá trabajaban y mis hermanos iban a clases por la mañana, yo me quedaba sola en casa.


Un día estaba haciendo la limpieza de las puertas cuando alguien en quien teníamos muchísima confianza puesto que era el esposo de mi hermana mayor, llegó de repente. Él era taxista y siempre se había relacionado muy bien con nuestra familia. Me dijo que mi papá le prestaba una llave para poder reparar el carro que no andaba muy bien. Yo me excusé y le comenté que no podía entrar en casa porque yo estaba sola allí, pero él insistía en que le corría prisa porque se tenía que ir a trabajar.

Entonces, le abrí la puerta y seguí caminando al patio cuando escucho que se cierra la puerta detrás de nosotros y noté que me cogía por detrás. Yo me defendí increpándolo y pidiendo que me dejara ir, pero él sólo decía: "Tu día ha llegado".

Yo gritaba, pero mi vecina al otro lado de la casa tenía un bar y ponía la música muy fuerte. Me arrastró, prácticamente, porque yo hacía fuerza para que me soltara. Incluso lo rasgué con mis uñas por todos lados. Me tiró en la cama, me subió la falda y me penetró fuerte, fue lo más horrible que sentí, pero yo seguía luchando rasguñando y de todo.


Pero no pude con él y allí pasó todo. Me quedé todo el día encerrada en el cuarto. Él me amenazó con que si yo contaba algo se llevaría a mi sobrina (la hija que tiene con mi hermana) que en aquel entonces tenía unos 4 años y que nunca más la volveríamos a ver.

Los siguientes tres meses lo evitaba cada vez que venía a casa o intentaba no estar. También empecé a tener fuertes dolores de espalda y de vientre. Posteriormente, entré en estados depresivos y ya mis padres y familiares empezaron a notar que no salía de casa y se preguntaron qué ocurría. No podía ir a clase, empecé a tener desmayos, mi mamá preguntaba sin cesar qué ocurría. Y yo, cobardemente, un día decidí tomar un montón de medicinas juntas y me intoxiqué. Entonces, me llevaron al médico y en el chequeo descubrieron que estaba embarazada. Fue raro porque a mí el período me había bajado puntual esos meses.

Recuerdo que mi hermana, la esposa del pendejo que me hizo eso, fue la que llegó a verme, pero yo me di la vuelta porque andaba con él. Poco tiempo después, la abandonó y se largó de casa.

Después de esto, no pude aguantar más y le conté todo a mi mamá.

Al día siguiente, fuimos a policía y a muchos sitios más. Yo estaba como en otro mundo; mi hermana no me creía, me gritaba y me echaba en cara que su marido se había ido por mi culpa. Pero parece que regresó después y entonces, desaparecieron todos llevándose a mi sobrina y la policía no los encontró. Nos decían que, cuando lo ubicásemos les llamáramos para así ir a prenderlo, pero nosotros no somos policías, los policías son ellos, ni somos tampoco investigadores privados. Me dolía más no saber de mi sobrina porque cualquier cosa le podía ocurrir. Con una persona así, no se sabía que podía pasar...

Pasaron los meses y llegó el momento de dar a luz. Cómo yo no estaba mentalizada y no quería al bebé no había preparado ni un pañal. Y mi mamá que estaba liada con abogados y demás, tampoco. Pero a la hora del parto sobró quién me regalara pañales, cupones, alfileres, leche, de todo...

Cuando mi hijo nació, me llevaron a la sala post parto. A mi bebé lo sacaron para que mi mamá lo viera. Ella me animaba y decía que lo mirase, pero yo no quería porque tenía miedo de que se pareciera a él....

Pero entonces el niño me respondió llorando. Cuando escuché su llanto, me eché a llorar, lo abracé y lo abrigué y es lo más hermoso que tengo.

Su hijo Bryant

En cuanto a mi agresor conseguimos localizarle, pero sobornó a policías y jueces para que no pudiéramos hacer nada contra él.

Seis años después me casé, pero mi esposo murió cuando nuestra niña tenía apenas seis meses, casi a los dos años de casados.

Cuatro años después, me volví a casar, pero mi esposo me abandonó y ahora tengo tres bebés, mi hijo de 15 concebido en la violación, mi hija de 8 de mi primer esposo y mi bebé de 2 años.

Trabajo en el Ministerio de educación de mi país, saco a mis hijos adelante como puedo y, aunque a veces no tengo para todo lo que queremos, me hacen muy feliz.


Nota: Shyrley Carvajal tiene tres hijos, uno de ellos de 15 años  concebido en una violación incestuosa, trabaja en el Ministerio de Educación de Nicaragua y se alegra de que pongamos letras a una historia que siempre  ha querido contar en un país en que las víctimas de  violaciones y los hijos nacidos de ellas no se tienen en cuenta.

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