Hola, me llamo Elisa Maldonado,
soy hondureña y quiero contar mi historia.
Fui abusada a la edad de 14 años
y de esa violación tuve una hija. Mi agresor era alguien conocido por mí y me
exigía que abortara. Me golpeaba y amenazaba. Él quería que me deshiciera de la
bebé, aun así tuve a mi hija.
Al principio, todo era oscuridad
para mí, pero el pensar en mi hija era la fortaleza que necesitaba para seguir
adelante.
Después de nacer mi primera hija
fruto de los ultrajes recibidos, la misma persona siguió con los abusos y tuve
un segundo embarazo. Me sentía perdida,
pero sabía que mi hijo no tenía la culpa de la situación así que también decidí
traerlo al mundo.
Yo seguía siendo abusada y mi
agresor buscaba que, de alguna manera, yo me deshiciera de mis hijos. Volví a
quedar embarazada una tercera vez, sentía que el mundo se me venía encima,
estaba desesperada y no sabía qué hacer, pero la fuerza del amor, ese amor puro
de madre que pocos ahora comprenden me ayudó a superar todo esto y nació mi
tercer hijo concebido en violación.
Sabía que si me quedaba en ese
lugar las cosas no iban a terminar bien. Si no había intentado huir antes, fue
porque apenas comprendía lo que me estaba pasando. No sabía dónde correr, no
sabía dónde ir, no tenía la ayuda de nadie. Crecí con mis padres, pero de ellos
jamás recibí el apoyo.
Somos cuatro hermanas, las cuatro
hemos vivido en abusos y violencia, violaciones... Mis otras hermanas obligadas
a abortar a golpes de su agresor... Siempre buscan esto, silenciarte,
intimidarte para seguir haciendo el mismo daño y encubrir si pueden la prueba
de sus delitos que es el hijo.
Una de mis hermanas, quién en ese
entonces tenía 16 años, fue abusada por su ex pareja. Ella tuvo una niña y
cuando decidió separarse de él la amenazó con matarla. Un día, cuando ella iba
camino a casa, él la persiguió, abusó sexualmente de ella y la asesinó.
Ahora yo cuido mucho a mis hijos
y pienso que si a mi hija le llegara a pasar algo tan terrible como lo que me
pasó a mí jamás le aconsejaría que acabe con la vida de un inocente mientras el
culpable anda en la calle libre haciéndole daño a otras mujeres.
Nota: Elisa vive actualmente en
Norte Carolina, no se ha casado, trabaja en el sector de la pintura y dedica su
vida a criar a sus hijos. (Las fotos son referenciales por temor a su agresor).
No comments:
Post a Comment