La historia de Irene van der Wende - abortó a su bebé
concebido en violación, y más tarde descubrió que ella misma había sido
concebida por violación.
Lamento haber matado a mi bebé después de
haber sido violada.
Sus fuertes brazos agarrándome con fuerza el
cuello, sofocándome, ahogándome, me dejaron sin aliento. Me di cuenta que la
muerte era inminente, por lo que en una fracción de segundo decidí dejarlo
salirse con la suya con mi cuerpo, para que yo pudiera seguir con vida.
Después, me envolvía en mi abrigo con fuerza, para que nadie viera mi ropa rasgada.
. .
Aunque mi cuerpo empezó a cambiar y necesitaba
ropa más grande, creí que no estaba embarazada. La primera prueba de embarazo
dio negativa (no había suficientes hormonas todavía.), pero después de una gira
de 6 semanas, en una visita al médico de la familia éste me informó que estaba
embarazada. "¡Oh, no!" Shock, incredulidad, miedo y confusión se
apoderaron de mí. En Londres se me aconsejó ir a una clínica al norte de
Inglaterra para abortar, indicando que
había que hacerlo rápidamente, ya que estaba al borde del tiempo en el que se
permitía hacerlo legalmente. Entumecida, y sólo centrándome en el miedo, seguí adelante.
El aborto se llevó a cabo en una fría,
siniestra y vieja mansión. Me sentía muy incómoda, esperando en el vestíbulo
con azulejos a cuadros blanco y negro, viendo los minutos pasar en el reloj.
Era como si la muerte colgara como una nube en el aire sobre mí. Hice lo mejor
para esconder mis emociones, firmé un
documento, recibí mi número, y me uní a unas 8 mujeres recostadas en varias
camas en una habitación. Esperé mucho tiempo después de ponerme una bata para
operaciones y que iba a permanecer abierta. Mientras otras mujeres hablaban de
su embarazo, náuseas matutinas, y del por qué estaban matando a sus bebés, me
dio el que pensar. En el ascensor más tarde, cuando yo iba hacia arriba, me
puse una mano sobre mi estomago, finalmente dándome cuenta de que había un niño
dentro de mí, y dije: "Soy madre. ¡Tengo un bebé dentro de mí!" La
enfermera que me acompañaba me tranquilizó, diciendo: "Está bien - otras
mujeres también piensan lo mismo en el último minuto. Estás haciendo lo correcto",
tras lo cual se abrieron las puertas, y entré en un iluminado quirófano, donde
me dijeron que me acostara, y que pusiera las piernas en alto en los estribos.
Me sentí muy mal y vulnerable debido a la privacidad, y más aún cuando el
abortista se enfadó mucho y se agitó cuando la enfermera discutió con él, empezó
a gritarme diciendo que ya había firmado un formulario de consentimiento, ¿o
no? Y que estaba retrasando el ritmo de las cosas. Él me agarró brutalmente de
los brazos, los cuales ató, y me insertó una aguja en el brazo, después de lo
cual no me acuerdo mucho. . . . Me desmayé.
Cuando volví en mí, me dijo en voz alta que me
pusiera de pie. En agonía, me tomé el estómago con una mano, doblemente
dolorida, mientras con la otra, buscaba a tientas -por el oscuro pasillo- el camino
de vuelta a mi cama en la otra habitación. Las mujeres estaban ahora en silencio
y gimiendo de dolor. Sentía mi estomago como si cada centímetro había sido
raspado, abierto con una hoja de afeitar afilada. Nos dejaron solas, y después
de mucho tiempo -creo que el día siguiente- se me permitió ir a casa, pero el
dolor era insoportable. Me ofrecieron una silla de ruedas, pero apreté los
dientes, diciéndome: "Vos quisiste esto, así que aguantálo". Sangre
abundantemente en el camino a casa, teniendo que detenerme de vez en cuando,
mareada, y en agonía absoluta. El sangrado duró medio año.
Mirando hacia atrás, me arrepiento de mi
aborto, y de las píldoras llamadas “del día después” que tomé. Si me hubiese
dado cuenta entonces, lo que ahora sé, yo nunca habría sido capaz de pedir que
mataran a mi bebé. Llegué a esta toma de conciencia después de ver videos de un
aborto, viendo cómo un bebé de 12 semanas de edad reacciona a los instrumentos
dentro del útero, y viendo las horribles fotos de estos pequeños humanos, donde
les arrancamos sus brazos, rompemos sus piernas y luego las tiramos ,
aplastamos su cráneo, succionamos (partes de) sus cuerpos, cerebros, los
decapitamos, etc. ¿Cómo podemos ver estas imágenes, con los intestinos, las
costillas, el cerebro, corazón, columna vertebral, etc. y no llamarlos seres
humanos?
La vida empieza
en la concepción - todos los genes y el sexo están en la primera célula, color
de pelo, color de la piel, etc., que se expanden a 2, 4, 8, 16 células, etc.,
hasta en la adolescencia, cuando nuestros hijos están completamente crecidos.
Sentía gran culpa y remordimiento después de darme cuenta de lo que había
hecho. Me aislé de mis emociones, ya que la culpa era insoportable, causando
problemas en relaciones posteriores. Más tarde, leí que las mujeres como yo,
que abortan después del abuso sexual (menos del 1% de todos los abortos), que
el 80% de nosotros lamentamos nuestros abortos. Contra el 70% que optó por
dejar que su bebé viviera, ninguna tenía remordimiento. Ojalá no la hubiese
matado.
Después del aborto, cada Día de la Madre,
tenía que detenerme en el hecho de que yo era una madre, a pesar de que no
tenía un hijo vivo - madre de un bebé muerto, a través de mi propia obra. Un
trauma emocional que llevaba en silencio, sin hablar de ello. Me quedé helada
cuando poco después, alguien colocó a su bebé en mis brazos - ¿quién era yo
para sostener a un bebé después de matar al mío? Tiempo después, me uní a las estadísticas al tener un aborto
involuntario. Me enteré que el tejido cicatrizal del aborto puede causar
problemas en embarazos posteriores, y nacimientos prematuros por los daños causados
por el aborto, junto con una probabilidad del 50% más de cáncer de mama al no
tener el bebé a término completo, ya que por abortar, se detiene repentinamente
el proceso de producción de leche en desarrollo. Cuando mi hija nació más tarde
a través de cesárea, mis brazos estaban atados, al igual que durante el aborto,
y todo el miedo y la ansiedad vinieron a inundarme otra vez, arruinando lo que debería
haber sido un momento feliz.
También me resulta desgarrador no poder decirle a mi
hija mayor viva, que es mi primogénita. Y cuando un día llegó a casa de la
escuela, preguntándome si había perdido alguna vez un bebé, me quedé sin
palabras - ¿cómo se le dice a una niña que ordené que maten a su (media)
hermana? Cuán traumático emocionalmente para la familia de la mujer que eligió
matar. Cuán inseguro el hermano o hermana se siente - "¿Por qué ellos y no
yo?"
Cuando tenía alrededor de 35 años, me enteré
de que yo, yo misma, fui concebida en una violación. Toda mi familia lo había
sabido todo el tiempo, excepto yo. Mi padre y mi madre estaban casados, pero
fue una violación brutal. Estaba totalmente borracho en ese momento, y la había
abofeteado violentamente, por toda la habitación, la tiró sobre la cama y la
violó forzosamente. Fui concebida. Mi madre trató de suicidarse. Cuando yo
había estado creciendo en su seno alrededor de 6 meses, subió a su bicicleta, con
premeditación de lanzarse conmigo delante de un tren en las vías que se
encontraban a pocos kilómetros de distancia. Fue allí, y se situó al lado del
carril, pero justo cuando el tren se acercaba, no pudo seguir adelante. ¡Estoy
tan agradecida de que no lo haya hecho! Cuando estaba creciendo, mi vida no
siempre fue tan buena como podría haber sido, al escuchar cómo algunos se
criaron en un hogar agradable, cálido y amoroso. Pero. . . la vida no se trata
de la forma en que fuimos concebidos, o nuestra educación, sino de lo que
hacemos de ella. Hay curación, y estoy muy contenta de que mi madre no me haya
matado a través del suicidio, cuando tuvo la oportunidad. Estoy tan contenta de
que ella me dio a luz, y me crió, a pesar de cómo fui concebida, y que estoy
viva, y ser capaz de hacer ahora algo por la humanidad. Mi valor y derecho a la
vida no dependen de cómo fui concebida.
He tenido que asumir y aceptar lo que yo misma
hice. Decidí pagar a alguien para matar a mi bebé inocente. Había un padre (el
violador), una madre (yo) y un bebé. Sin embargo, contraté a un asesino (el
abortista) para matar a mi bebé. Lo escondí lo mas que pude durante 25 años,
pero como la psicología dice, finalmente el pozo negro de la vida tiene que ser
abierto, y ser honestos acerca de lo que hemos hecho en nuestra vida. He
nombrado a mis bebés, hice una tumba para ellos en el cementerio, y he
encontrado la curación con YHWH (Dios), y su Hijo Yahshua (Jesús), por El es que
estoy ahora en condiciones de dar testimonio de lo que he hecho, y los efectos
que ha traído, a mí, mi familia y seres queridos, de forma física, emocional y
espiritual. Lamento profundamente haber expuesto a mi bebé inocente a una
tortura y mutilación dolorosa, dejando que sea cortado en pedazos, aún en vida
con un corazón que latía. Matar a un bebé inocente nunca es correcto, incluso
después de una violación. Dos errores no hacen un acierto. El padre me hizo
daño, pero yo hice daño al bebé. El bebé no ha hecho nada malo. El bebé es una
tercera persona. Yo podría haber llegado a amarlo, o hacer que lo adopten en
una familia amorosa. Un bebé no debe llevar la carga del pecado de los padres y
ser asesinado por ella. Bajo la ley, si alguien mata a una mujer embarazada, es
castigado por la muerte de dos personas. ¿Qué estamos haciendo al matar a
nuestros propios hijos?
Me gustaría que la gente me hubiese dicho
sobre el desarrollo hermoso de mi pequeño feto. Que antes que nosotras como
madres supiésemos que estamos embarazadas, 4 días perdidos del ciclo, el bebé
ya tiene un corazón que late a los 18-21 días. Que en 18 días, sus cerebros
empiezan a desarrollarse, a 20 días con parte media, delantera y posterior del
cerebro, y que sus ondas cerebrales se pueden medir en 40 días. Que son
sensibles al tacto, calor, luz y ruido.
Los receptores del dolor comienzan a crecer con 4-5
semanas. A las 6 semanas, responden al tacto. Ellos tienen su propio ADN, sexo,
tipo de sangre, y huella digital, lo que los hace individuos únicos. Manos y
pies pequeños y hermosos, las costillas, la boca, la lengua. A veces el bebé no
muere de inmediato cuando se inicia la matanza, y los brazos y las piernas se
arrancan. Un abortista ha declarado que el corazón de los bebés entonces
todavía palpita a veces. O que todavía están vivos cuando se los succiona,
pasando por el tubo, para morir después en el frasco. Estos son seres humanos,
que no están con muerte cerebral, o sin sentir.
Si una mujer está embarazada, necesita apoyo,
no el aborto. Muchas de nosotras (64%) están obligadas a abortar (por ejemplo,
por el novio, la madre, padre, maestro, médico, enfermera, amiga, trabajadora
social) por lo cual podemos sentir arrepentimiento, vergüenza y mas tarde,culpa,
cuando realizamos plenamente lo que hemos hecho. Un bebé dice: déjame vivir,
toma mi mano, en vez de mi vida, amame en lugar de matarme.
El aborto mata
a un corazón que late. Con la selección de embriones para las enfermedades,
estamos diciendo a los hermanos y hermanas "sólo se te quiere y ama porque
no tienes una discapacidad." Para las personas con discapacidad, en
realidad estamos diciendo "sólo se te tolera, porque la tecnología no
estaba allí para eliminarte cuando eras un embrión"- el genocidio dentro
de nuestros laboratorios. Recuerda: Dios te ama, pero también a tu bebé. Con el
aborto, un solo corazón deja de latir, pero otro corazón se parte. O nos
quedamos entumecidos, como yo hice al principio, o el remordimiento, la culpa y
la vergüenza se ciernen sobre nosotros, hasta que confesamos, y encontramos la
curación. Como decía la Madre Teresa:
"El aborto es la muerte de dos: del bebé, y de la conciencia de la
madre" Por favor, no mates a tu bebé. Tu bebé necesita que se le permita vivir. Encuentra a alguien que te ayude.
Irene van der Wende
Salvar El 1
Irene es de los Países Bajos y está disponible para hablar info@abortioninformation.eu