Las violaciones sexuales son una clara forma de abuso contra la mujer pero el abuso de poder y fuerza es aún más cruel si cabe cuando el agresor se vale de su cargo y superioridad jerárquica para perpetrar el delito. Éste es el caso de las niñas colombianas reclutadas por la FARC, usadas sin piedad como esclavas sexuales y obligadas a abortar incluso en Estados avanzados de su gestación con el único propósito de acabar con la prueba del delito. El desprecio hacia sus vidas y las de sus hijos concebidos en violación y abuso es reflejo de cuán peligroso se puede convertir el hombre para sí mismo. Yamile, una de las niñas violadas, embarazadas y obligadas a abortar a su hijo se alza como portavoz de muchas muchachas que como ella sufrieron el desprecio y el abandono como mujeres y como madres y que pasados los años claman justicia psys ellas u sus bebés asesinados en un aborto que ellas no consintieron (Nota de Salvar El 1)
Artículo:Violaciones, esterilizaciones forzadas y abortos y abortos fallidos: Las esclavas sexuales de las guerrillas de las FARC de Colombia
En Colombia, le llaman la guerra invisible. Pero para los niños y los adolescentes para los cuales los que el campo de juego se convirtió en un campo de batalla, la violencia era inequívoca.
Yamile Noscue, ex-guerrillera de las FARC
En un conflicto civil sangriento que duraría más de 50 años. A casi 17,000 soldados infantes les robaron su juventud, su inocencia, y en muchos casos, sus vidas. Y no eran sólo carne de cañón. Niñas y a veces niños eran reclutados para convertirlos en esclavos sexuales. “Era como ser un nuevo juguete,” cuenta Yamile Noscué, quien fue secuestrada por insurgentes izquierdistas de la guerrilla cuando tenía solo 15 años, en el 2005. "Básicamente me convertí en su prostituta con camuflaje. Al cabo de unas horas de haber llegado al campo perteneciente a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (las FARC), en Tolima, al centro de Colombia, Yamile fue violada y asaltada sexualmente. Sería una experiencia dolorosa que duraría dos años. “Después de que el comandante ha tocado a una niña, cualquiera puede hacerlo también, cuando quiera. Las violaciones son constantes.”
El caso de Yamile está siendo investigado por los tribunales de crímenes de guerra de Colombia. La corte fue creada como parte del acuerdo de guerra del 2016 entre el gobierno colombiano y los rebeldes de las FARC. Comenzará a escuchar los testimonios acerca de los reclutamientos ilegales de menores en Enero y un ex comandante mayor de la guerrilla responderá preguntas sobre los supuestos abusos sexuales que ocurrieron dentro del rango y filas de la insurgencia.
Yamile, ahora de 29 años, trató de reportar su pesadilla a sus superiores femeninas, pero fue ignorada. Le dijeron que ser usada para el sexo era su contribución a la revolución. “Debido a las violaciones quedé embarazada. Ni siquiera sabía quién era el padre. Pudo haber sido cualquiera de las decenas de hombres,” declaró Yamile. A sus 16 años, y con seis meses de embarazo, fue obligada a terminar con el embarazo. Sus ojos muestran el dolor que su voz trata de ocultar. “Me sujetaron y me dieron pastillas. Estaba enferma y sangrando. Fue muy doloroso,” dijo. Yamile pertenece a un grupo que va creciendo de voces de antiguas combatientes que están testificando sobre sus abusos sexuales. Pero hablar tiene un coste.
Muchas guerrilleras de las FARC fueron reclutadas ilegalmente y abusadas sexualmente
La han seguido y amenazado varias veces hombres enmascarados que le dicen que se calle y pase página. En el 2016, un reporte del fiscal del estado de Colombia dijo que hay por lo menos 214 casos de niñas que fueron sometidas a violaciones, esterilizaciones forzadas, abortos forzados y otras formas de violencia sexual a manos de la guerrilla de las FARC. El mismo reporte estima que pudieron haber hasta mil abortos cada año, llevados a cabo por los insurgentes.
“Camila” - estaba muy asustada para dar su nombre real - fue extraída de su casa por la guerrilla cuando tenía solo 14 años. Cuando se embarazó un año más tarde, le dieron una inyección antes de operarla contra su voluntad. “ Sólo recuerdo despertar sangrando mucho”, recuerda Camila.
Ahora padece fallo renal crónico como resultado de un aborto fallido que soportó. La organización mundial, Women’s Link Worldwide, entregó un reporte de la violencia reproductiva al tribunal de los crímenes de guerra en Octubre.
“Los abortos fueron realizados en condiciones antihigiénicas e insalubres. A veces usaban drogas o métodos poco convencionales para terminar con los embarazos y otras veces lo hacían a través de cirugías,” dice Mariana Ardila, una de las abogadas de la ONG.
Las víctimas de violencia sexual de las FARC dicen que el aborto forzado es una política de la guerrilla para garantizar la rebelión y prevenir que sus campamentos se llenen de niños.
Esto fue negado por Victoria Sandino, quien fue comandante de la guerrilla y es Senadora de las FARC, que ahora se ha convertido en un partido político. “Si era una política o una regla, yo no estaba enterada y ciertamente no la ideé yo,” le dijo al periódico The Telegraph.
“Por supuesto que esto es algo que necesita ser investigado pero es absurdo que las mujeres fueran reclutadas sólo para tener sexo. También, en el contexto de la guerra, se entendía que el embarazo era simplemente imposible. Lo que era mandatorio eran los anticonceptivos.”
La Señora Sandino admitió que los abortos sucedían dentro de la insurgencia. “Era una opción que teníamos como mujeres,” dijo. “Así como tenemos la opción de dejar la insurgencia y criar una familia, si era lo que queríamos hacer, y muchas mujeres lo hicieron”.
No coincide con el testimonio de Yamile. “Yo tenía amigas que fueron ejecutadas, a quienes les dispararon porque querían quedarse con el bebé. No teníamos opción,” dijo. “O abortabas o te disparaban.”
La historia de Héctor Albeidis Arboleda, conocido como “El Enfermero” o “El Médico” también arroja dudas sobre la libertad individual que las mujeres pudieron haber tenido para dejar a los rebeldes.
En Marzo de 2017, fue extraditado de España a Colombia. Se le acusa de realizar más de 599 abortos forzados sobre militares femeninas y está encarcelado en una prisión de máxima seguridad mientras espera su juicio.
“Si algo era forzado, era la decisión individual de los comandantes,” dijo la Sra. Sandino. Aquellas a quienes se les realizaban abortos forzosos no habrían sido reconocidas como víctimas del Estado Colombiano porque las consideraban como ex-insurgentes y no como sobrevivientes de asalto sexual y violencia reproductiva.
Pero en una decisión la semana pasada, la Corte Constitucional anuló esa política, garantizándole reparaciones a las mujeres como Yamile y Camila.
“El Estado debe garantizar atención especializada a las mujeres, niñas, adolescentes y adultos mayores que sobrevivieron violencia sexual perpetuada por actores armados, lo que implica la obligación de atención inmediata a esas víctimas de una forma inmediata, comprensiva y especializada”, de acuerdo con la decisión de la Corte Constitucional.
En un evento reciente en Medellín, realizado para conmemorar a los 2.3 millones de víctimas jóvenes del conflicto Colombiano, el líder de las FARC, Rodrigo Londoño o “Timochenko”, no reconoció el abuso que se dio dentro de los rangos de las guerrillas, pero se disculpó por el sufrimiento padecido por generaciones de niños y adolescentes en el país.
“Causamos dolor y sufrimiento y muchos niños murieron pero esa nunca fue nuestra intención”, dijo. “Y por eso, estamos arrepentidos”.
Pero para Yamile, la disculpa no fue suficiente. “Deben pagar por lo que hicieron. Sólo espero que les den el castigo que merecen”, dijo.
Artículo traducido de The Telegraph