Saturday, May 26, 2018

Jamás imaginé que había sido dada en adopción porque mi madre fue violada, Por Sherrie Eldridge

Concebida en una violación y entregada en adopción.

 Sherrie lleva a cabo una enorme labor en favor de la adopción

Cuando encontré a mi madre biológica después de buscarla durante 15 años, al principio se negó a hablar conmigo. Sin embargo, cambió de parecer, aunque me pidió que nunca le preguntara sobre la identidad de mi padre biológico. ¿Por qué? Ella me confesó que fue violada.

¿Cómo reaccioné? Como un patinador que, de repente, cae sobre el hielo y el golpe le quita la respiración y el aire. Nunca imaginé ni en mis sueños más descabellados que una violación sería la razón por la que me había dado en adopción.

Esta primera conversación con mi madre biológica fue cuando tenía 47 años. Cuando ella dijo que había sido violada, fue como si una nube negra me envolviera. Cada vez que contaba la historia de mi reunión con ella, que era bastante seguido, decía "fui concebida en una violación". No puedo poner palabras a la profundidad de la vergüenza que sentía. Sin mi vida espiritual ya consolidada, habría llegado a la conclusión de que mi vida fue un error. No seguí ese camino, pero sí asumí la responsabilidad de la violación.

 Sherrie y su marido

Un día, me di cuenta de que no tenía nada que ver con la violación de mi madre biológica. Le pasó a ella, no a mí. También aprendí una lección profunda de vida: que el bien puede venir del mal. Lo bueno era yo. También aprendí que mi vida comenzó no en la concepción, no el día de mi nacimiento, no en el día de la adopción, sino en la eternidad, en el Corazón de Dios Padre. ¡Mi vida fue SU idea!

Para aquellos de ustedes con niños cuyas madres biológicas fueron violadas, tal vez mi experiencia pueda ayudar. Padres, si la madre biológica de su hijo fue violada, la noticia no lo va a traumatizar. Recordad, nosotros las personas adoptadas somos sobrevivientes fuertes. Dadle a vuestro hijo la oportunidad de crecer escuchando la verdad. Vosotros sabréis el momento adecuado para contarle esa parte de su historia, ya que conocéis a vuestro hijo mejor que nadie. Escuchad a vuestro corazón. Lo haréis bien, y vuestro hijo crecerá más fuerte.

Pueden seguirme en mi blog y mis videos de YouTube sobre cómo compartir la dolorosa verdad alrededor del nacimiento de un hijo adoptado ¡No tengan miedo, padres y niños adoptados! Sí, es difícil enfrentarse, pero todos crecerán. ¡Se lo prometo! Cuando se dice la verdad, todos somos libres para elegir y crecer.



Biografía: Sherrie es escritora y portavoz de la adopción en Indiana. Este es un extracto de su último libro, “Veinte cosas que los padres adoptivos necesitan para tener éxito”. Su web es www.sherrieeldridge.com
Sherrie colabora con Salvar El 1.

Saturday, May 19, 2018

Mi madre fue violada cuando regresaba a casa del trabajo, por Jim Sable



Mi historia llegó en un sobre con letra de la Catholic Charities en noviembre de 2005. Esta institución tramitó mi adopción en 1958 y cuando llegué a la edad adulta, tuve la oportunidad de recibir información básica sobre mi familia biológica. Solicité la información en 1995, pero tardé 10 años en superar la inquietud que rodeaba mi deseo de saber sobre mi familia biológica. Lo pospuse y me convencí de que era lo mejor.

Jim y su familia

La curiosidad persistente se convirtió en una urgencia, por lo que, por fin, completé y presenté la solicitud de información en el otoño de 2005.

La tan ansiada carta llegó silenciosa. Poco sabía, cuando la abrí, la dureza de la información que contenía. En ese día de principios de noviembre, cuando leí la carta, mi vida se detuvo abruptamente. Había información que no esperaba. Mi madre fue violada. Ella había declarado que el ataque ocurrió mientras caminaba a casa desde el trabajo. Así es como fui concebido.

Las noticias no fueron fáciles de aceptar y, realmente, me bloquearon. Durante dos años, sólo un terapeuta y mi esposa, Wendy, conocían la historia. Poco a poco, ya a fines de 2007, fui superando esos sentimientos y comencé a ver la posibilidad de compartir mi historia.
Ahora me doy cuenta del regalo que me han otorgado, no sólo el regalo de la vida, sino el don de tener esta historia única y la perspectiva que me brinda sobre la importancia de toda vida concebida.

Mi historia, como muchas otras parecidas, tienen el poder de cambiar las mentes, llegar a los corazones y ampliar el horizonte de aquellos que se limitan a conceptos abstractos y vagos sobre la concepción de un hijo en una violación.

El sector pro aborto defiende que todas las vidas no deseadas son prescindibles, y el aborto está justificado, incluso recomendado. Las concepciones de violación e incesto crean vidas que se definen como "no deseadas". En su lista de vidas no deseadas, somos el Anexo 1. Todos sabemos la verdad. No hay vidas no deseadas y hay millones de brazos abiertos esperando para abrazar a todas y cada una de las vidas abandonadas.

La adopción me hizo pro vida desde el momento en que supe sobre el aborto. Yo era estudiante de primer año en la escuela secundaria cuando se decidió sobre Roe v. Wade. El aborto, como cuestión social, estaba ganando cada vez más importancia a principios de los años 70, por lo que probablemente fue durante ese tiempo cuando establecí mi identidad como sobreviviente del aborto. No me refiero, literalmente, a la supervivencia del procedimiento que intenta quitar la vida antes de nacer. Sabemos que hay quienes realmente sobrevivieron a un aborto: las vidas milagrosas.

Mi supervivencia se debió a la decisión de mi madre unida al clima cultural de la década de 1950 y también a que la sociedad me protegió a través de la ley. No pasó mucho tiempo después de que el aborto se legalizara a nivel nacional y, entonces, comencé a escuchar comentarios que justificaban el asesinato. La gente decía: "Estas madres solteras no deberían traer a estos niños al mundo. . .". Comentarios dolorosos de escuchar, por supuesto, pero luego tuve la oportunidad de contradecirlos con: "Mi madre era soltera, y creo que estoy mucho mejor aquí que en un cubo de basura". Fue entonces cuando me di cuenta de que mi nacimiento se debió, al menos parcialmente, a varias cosas.

Por haber sido concebido en una violación, hay muchas personas hoy que piensan que debería haber sido asesinado. Nuestras vidas se utilizan repetidamente como moneda de cambio en el debate sobre el aborto y se las puede llamar "excepciones" en las leyes antiaborto.

Mi madre tenía 36 años cuando nací, probablemente un poco mayor que la edad promedio de concepción por violación. Mi vida como hijo adoptivo fue excelente, pero tenía muchos de los altibajos habituales de la vida familiar. Dios me proporcionó unos padres que no podían tener hijos y nací de una madre que sentía que no podía criarme. Mi mamá y mi papá fueron tremendos ejemplos de la gracia y el amor de Dios.

Sin embargo, anhelé algunas respuestas para ayudarme a lidiar con parte de la soledad y los sentimientos de rechazo que fueron producto del sistema de adopción antiguo, secreto y confidencial. En la carta de Catholic Charities estaban los papeles de mi adopción e información suficiente para comenzar la búsqueda de mi madre biológica y así lo hice. Un amigo cercano que investiga sobre genealogía me ayudó.

Encontramos a mi madre biológica hace pocos años, algo tarde, sin embargo. Eleanor, mi madre, murió en 2007. Sin embargo, pude aprender mucho sobre ella porque también encontré y me reencontré con su hermana.

Mi tía describe a Eleanor como una mujer un poco reservada y tranquila, muy devota. Desafortunadamente, mi tía no pudo confirmar o negar la historia de Catholic Charities. No hubo denuncia policial. La violación fue un secreto. El bebé dentro de ella era un secreto. Parecía mínimamente embarazada, incluso cerca del final de la gestación. Ella llamó a su embarazo un "tumor". Eleanor no le reveló a nadie su embarazo hasta aproximadamente dos semanas antes de que naciera, cuatro a cinco semanas prematuro. De hecho, nací el día en que Eleanor fue admitida en el refugio de madres y bebés de Catholic Charities en Chicago.

Después de nacer me entregó en adopción y nunca volvieron a hablar de mí. Su familia sabía que no debía preguntar sobre el embarazo ni el parto ni referirse a él. El tema estaba tapado, era tabú. A medida que pasaban los años, la historia nunca se recordó.

El recuerdo de sus palabras, su silencio y sus acciones, es indicativa de un trauma profundo y agudo. Sabemos por experiencia las salidas a un trauma: huir o congelarse y aparentemente Eleanor se congeló.

Mi madre firmó mi adopción cinco meses después de mi nacimiento y se casó nueve meses después. Se casó con un veterano de dos guerras que la protegió y se convirtió en su guerrera. Mis primos biológicos dicen que trató a Eleanor como a una princesa. Él le proporcionó seguridad, la defendió y desvió algunas de las preguntas naturales que la familia hacía. Ella no tuvo más hijos.

Mis primos hacen especulaciones sobre un novio secreto que podría ser mi padre porque no aceptan completamente la historia del ataque. ¿Pero por qué una mujer de 36 años con dos hermanas casadas debe mantener en secreto a su novio? Si mi padre era alguien a quien Eleanor amaba, ¿Por qué no se casaron?

Jim ofreciendo su testimonio de vida

Muchos indicios indican que mi padre probablemente era alguien que Eleanor conocía, y seguramente también tenía una posición de poder sobre ella, un jefe o compañero de trabajo de nivel superior que la forzó a tener sexo, la rechazó cuando quedó embarazada, la obligó a mantener el secreto y lo más probable es que presionó para la adopción. Lo que es evidente es que mi madre no era una cazadora de hombres, no estaba dispuesta a cometer un adulterio y no estaba buscando ascender en la escala corporativa a través de los favores sexuales.

El agravante del trauma fue la humillación causada por el padre de Eleanor al imponer su voluntad sobre su hija de 36 años al sacarla de la familia y forzar la adopción.

De lo que no cabe duda es que, en un callejón o calle oscura, o en el fondo de una sala de correspondencia o en la reclusión de una oficina cerrada, Dios me dio vida en ese momento y, a través de las noticias de la violación, me la ha vuelto a dar ahora.

Estos últimos años he experimentado qué es saberse concebido a través de una violación. Aunque he conocido el fondo de ese pozo estigmatizado, ahora siento el poder del regalo que me han dado.
En una marcha por la vida
Conocer a Rebecca y al grupo de Salvar el 1 puso fin a la sensación de ser el único en el planeta con esta historia. La euforia de hablar y defender la vida, de intentar corresponder al sistema que me salvó, la emoción de ser parte de este grupo especial y conocer a mis héroes, ha sido la fuerza curativa en mi vida. A través de ellos, Dios me ha tocado con Su amor y mi fe ha sido reforzada. Mi viaje continúa, guiado por su gracia.

Cada vida importa.

Gracias.

Biografía: Jim, Vive en Illinois. Está casado y es padre de cuatro hijos, uno de ellos adoptado. Está disponible para hablar en jandninc2@sbcglobal.net



Saturday, May 12, 2018

No soy una excepción... Soy una persona, como cualquier otro ser humano antes de nacer, por Mary Rathke




Debido a las circunstancias concretas de mi concepción un gran número de personas nos han condenado a muerte a mí y a todos aquellos concebidos de la misma manera. Nos llaman "semilla del diablo", dicen que no podemos contribuir a nuestra sociedad, que somos incapaces de brindar alegría a nuestras madres.

Abandonados, lamentablemente, incluso por algunos individuos y organizaciones que dicen ser "pro-vida". ¡Qué triste que tantos que pretenden defender la causa del nonato, me consideren "una excepción"! Pero yo NO soy una excepción... Soy una persona, como cualquier otro ser humano antes de nacer.

Estoy aquí hoy, porque mi madre, a pesar de que estaba mentalmente enferma y fue violada en su camino de vuelta a casa desde el trabajo una noche, decidió que mi vida tenía valor, que independientemente de cómo fui concebida, era valiosa y valía la pena protegerme. Estoy lejos de ser una "semilla del diablo". Soy una hermosa mujer, voluntaria en ayuda a personas sin hogar, esposa, madre y amiga. Sin embargo, como muchas otras minorías en Estados Unidos, soy blanco de odio. Mi grupo (aquellos concebidos por violación) no está protegido por ley como muchos otros grupos minoritarios. En cambio, cada vez que se aprueba una ley con una excepción de violación, se transmite un mensaje claro de que mi vida no tiene ningún valor.

¿Qué pasaría si algunos afirmaran que un grupo racial específico son "semillas del diablo"? ¿No habría indignación? ¿Qué pasa si se propone una ley para limitar los abortos para todos menos el 1% de esas minorías? ¿lo apoyarías? Porque el 99% se salvaría, ¿o serías capaz de ver el prejuicio contra ese 1%?

Para alguien que fue concebida en violación, como yo, esto es un prejuicio. Similar a un crimen de odio, se nos llama "semilla del diablo ". He recibido mensajes de odio que decían que mi madre había tomado la elección incorrecta y que debería haber abortado. Tengo amigos que, debido a que fueron concebidos en violación, fueron rechazados.

Si eres pro derecho a decidir, crees que es una elección de la madre y que cualquier niño puede ser abortado. Sin embargo, si eres pro vida, tienes que tomar una decisión. ¿Eres pro vida "excepto en el caso de Mary Rathke, concebida en violación o el caso de mi amiga Kristi, concebida en incesto?" ¿Puedes mirarme a los ojos y decirme que mi madre debería haber tenido la opción de abortarme legalmente y que no vale la pena defender mi vida?

Los que compiten en una carrera no se conforman con el 99%, quieren terminar la carrera, no entrenan para detenerse a unos metros de la meta, felices de haber llegado tan lejos. Demasiados han desenfocado el panorama general. La NAACP (Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color) no tiene excepciones, no excluye a los que son albinos o tienen vitíligo porque pueden parecer "blancos" para algunos. ¿Por qué la gente pro vida tiene excepciones?

Durante la Segunda Guerra Mundial, los soldados estadounidenses no entraron en los campos de concentración a liberar sólo a los cautivos judíos y luego negaron la liberación a los gitanos. Lucharon por liberarlos a todos. ¡También debemos hacerlo nosotros!

Si luchas por la vida, te imploro, lucha por la mía también.

Biografía: Mary Rathke es una conferenciante pro vida y vive en Michigan, Estados Unidos


Saturday, May 5, 2018

La historia de dos madres que quedaron embarazadas tras una violación, por Nicole W. Cooley



“Llega, aunque sea sólo a uno, Señor…”.


Nicole y Morgan

Mi oración, repetida desde que conté mi historia por primera vez hace casi veinte años, ha sido la misma; para que el Señor, de alguna manera, use mi vergüenza y arrepentimiento para ayudar a alguien más. Él siempre responde. La primera vez que compartí mi testimonio públicamente, una mujer se me acercó y me dijo: "Gracias por compartirlo. Mi madre me obligó a abortar cuando tenía dieciséis años. Siempre pensé que estaba mal. Tú eres la primera persona que me confirma lo que siempre he sabido". Pero mi respuesta favorita a esa simple oración yace en la historia que estoy a punto de contar.
Primero, déjenme que les cuente mi propia historia. Crecí en un hogar cristiano. Siendo adolescente recuerdo que mi padre me decía: “el aborto está mal. Soy pro vida excepto en casos de violación y también en los casos en los que esté en peligro la vida de la madre”. Al igual que otros consejos que me había dado, éste también lo hice propio.
Poco tiempo después, mi maestra de Biología pidió a la clase que escribiera un plan estratégico para afrontar un embarazo no planificado y me negué: "Si alguna vez me embarazo no se tratará de un embarazo no planificado. La abstinencia funciona el 100% de las veces". Nunca pensé a los 15 años que, pocos años después, mi "plan" sería probado y aprendería por las malas que este "plan" no me preparó para la realidad. . .
Le conocí en un avión de regreso a casa por Navidad. Se ofreció bajar mi equipaje del compartimento superior y luego se negó a darme mi maleta. Mientras lo seguía fuera del avión, todavía pidiéndole la maleta, me dijo: "Me gustaría llevarlo un rato más, si no te importa. ¿Te gustaría tomar algo para beber?" Sorprendentemente, decidí que él me gustaba y acepté darle mi número de teléfono.

Cuando me llamó un par de semanas más tarde, lo invité a la iglesia en lugar de ir a tomar algo. A su vez, él me invitó a ir a su iglesia, también. Emocionada de que también fuera "cristiano", acepté encantada. Cuando le dije: "Quiero llegar virgen al matrimonio así que, si lo que buscas es sexo debemos terminar la relación ahora", él me aseguró que estaba de acuerdo. Pero mintió.
Ahora estoy convencida de que estaba enganchado a la pornografía. No puedo explicar racionalmente su comportamiento de otra manera. De hecho, una adicción a la pornografía descontrolada, siempre llevará a querer hacer lo que uno lee y mira. Con el tiempo, la conciencia queda cauterizada y, al igual que un adicto a la cocaína, hará cualquier cosa para obtener su "droga". Para él, yo sería su “droga”, aceptara o no.

Cuando sus intentos iniciales de llevarme a la cama resultaron inútiles, recurrió a la droga para conseguir su propósito.

Una noche tuve un sueño horrible. En mi sueño, había regresado a mi antiguo campus universitario, sólo que ahora me encontraba en las últimas etapas de un embarazo. Bien entrada la noche, fui de dormitorio en dormitorio, buscando un lugar para dormir. Desesperadamente cansada, todos me rechazaron. Finalmente, mi ex novio me dejó entrar, pero me dijo que tendría que usar la litera superior. Con dificultad, trepé y luego caí en un sueño profundo.

A la mañana siguiente, me desperté y le conté el sueño a mi “novio”. Sus ojos se pusieron tan grandes como platos. En ese momento, todavía no lo sabía. Pero luego fui al baño y algo inusual cayó de mi cuerpo. Además, sentía un creciente de dolor y sabía que algo andaba mal. Salí corriendo y grité: "¡Tengo que ir a la sala de emergencias!" Él me convenció de que nada había sucedido, pero dos semanas después, supe la verdad.
La negación tiene un efecto sedante. A las personas que nunca les ha ocurrido les gusta decir: "¡Nunca permitiría que abusaran de mí así!" Cuando tienes el papel protagonista en tu horrible “reality show” televisivo, simplemente no parece posible. De hecho, tu mente te ayuda a creer que no está sucediendo para preservar tu cordura. No podía creer que mi novio, el hombre a quien había dado mi corazón, me violara. Entonces, le creí a él. . . hasta dos semanas después, cuando dos pruebas positivas de embarazo me obligaron a hacer frente a una realidad para la que no estaba preparada.

 En los días y semanas posteriores a darme cuenta de que me habían violado, estuve aturdida. De ordinario, mi agenda diaria para el trabajo tenía muy poco "espacio en blanco" debido a todas mis notas. Las páginas casi en blanco después de la violación reflejaban mi estado mental distraído y parecido a un zombi. Simplemente, me dejaba llevar.

Al mismo tiempo, los estándares sociales exigían que tomara una decisión de vida o muerte para otro ser humano. Simplemente, no podía. Entonces, me apoyé en aquellos en quienes más confiaba: mi familia, mi mejor amiga y mi iglesia.
Siempre le digo a la gente que si tiene ocasión de que le pidan su opinión en el caso de un embarazo no planificado, intenten dar una respuesta real. Decirle a alguien en crisis: "Lo que sea que quieras hacer, te apoyaré" no es de ninguna ayuda. Ella está pidiendo un consejo definitivo. Ella necesita escuchar: "Sé que esto te hace sentir mal y no eres capaz de ver cómo vas a superarlo, pero lo harás. Voy a acompañarte en cada paso. Lo lograrás. Eres fuerte. Puedes hacerlo. Sé que nueve meses parecen una eternidad, pero en realidad no es así. No tomes una decisión hoy de la que te arrepentirás el resto de tu vida. Elige la vida. Es la mejor opción para los dos”.

Desgraciadamente, el único consejo específico provino de mi pastor. Ella me dijo: "Permite que te tranquilice. A los ojos de la iglesia, cualquier decisión, considerada en la oración, está bien. En tu caso, creo que debes abortar. Debes dejar esto atrás ".
Entonces, me habló de sus dos hijas que también se enfrentaron a embarazos no planeados. Una eligió la adopción, la otra el aborto, y ambos fueron decisiones igualmente buenas, dijo. Agregó despectivamente: "Hay una pareja en la iglesia que quiere adoptar, pero, no, no debes hablar con ellos. Debes abortar".
Recuerdo que mi corazón me decía: "¿Hay algo en los Salmos sobre esto?". Mi corazón comenzó a romperse cuando la puerta se cerró lentamente. Sentí que no tenía otra opción. Estaba convencida de que nadie adoptaría a mi bebé porque tenía un 50% de probabilidades de portar el gen de la neurofibromatosis (una horrible enfermedad que mi papá sufrió la mayor parte de su vida adulta). Empecé a prepararme para el aborto. Me sentí como un cordero llevado a su muerte en el interior. No creía que pudiera elegir.

Después del aborto, supe que hay algo peor que ser violada. Experimenté el aborto como si hubiera sido violada de nuevo, sólo que peor, porque esta vez, había consentido el asalto. En ambos casos, los hombres me agredieron físicamente. El segundo trauma, el aborto, me afectó emocionalmente y me colocó al borde del abismo.
Pasaron cuatro años para recorrer el lento camino de sanación en Cristo. Si no hubiera sido por el maravilloso marido que Dios me envió, no sé cómo estaría aquí hoy. Él me dijo desde el principio: "Te amo, pero lo que hiciste estuvo mal". Esa grieta en mi corazón me ayudó años más tarde, después del nacimiento de nuestro primer hijo, John, para finalmente ver la verdad. Rompió mi corazón. Pero, necesitaba romperse… para que Dios pudiera volver a recomponerlo.

Nicole, Rebecca Kiessling y otra activista pro vida

Hace unos años, tuvo lugar un "encuentro divino", cuando hablé en mi iglesia. Los horarios para hablar se reprogramaron varias veces durante muchos meses hasta un domingo de noviembre en el que, finalmente, compartí mi testimonio en nuestra iglesia. Ahora trabajo con el Centro de Reforma Bioética, compartiendo imágenes de víctimas de aborto principalmente en campus universitarios en Virginia y el sureste. Ese día, empecé mi charla diciendo que mis palabras no tenían la intención de condenar a nadie, y que no creyeran al Enemigo si se sentían de esa manera.
Como mujer que ha abortado, entendía demasiado bien esa culpabilidad fuera de lugar. Expliqué el razonamiento detrás de nuestro trabajo, citando el trabajo de reformadores sociales históricos exitosos como William Wilberforce, Lewis Hine y el Dr. Martin Luther King, Jr. Y mostré imágenes de abortos en el primer trimestre: bebés pequeños, con extremidades y apéndices arrancados de sus pequeños cuerpos. Es devastador verlo por primera vez. No tenía idea de que, entre la audiencia, había ese día una víctima de violación embarazada.
Morgan me dijo dos meses después que ella había estado allí. Sentada entre la audiencia, era un domingo raro para ella. Me dijo: "Tú estabas allí para mí".

La noche en que la violaron, se había escabullido de su casa para pasar el rato con sus amigos. Violada por una pandilla de vuelta a casa, escondió sus ropas destrozadas, y no le contó a nadie lo que había sucedido, salvo a unas pocas amigas íntimas. Cuando descubrió que estaba embarazada, sus amigas del instituto acordaron que abortara el sábado siguiente. Les había dicho a sus padres que tenía un evento deportivo en Washington D.C. para que no sospecharan nada. Pero, entonces, en la iglesia, escuchó mi testimonio y vio las imágenes, y supo que no podía hacerlo.

Morgan tuvo el coraje de contarle a sus padres lo que había sucedido, a pesar de sentirse avergonzada de haberse escapado de la casa y de haber planeado un aborto. Se unieron a ella y la apoyaron en la elección de la adopción de su bebé. Durante su embarazo, pude conectarla con Save The 1 y se unió a su Facebook privado para madres biológicas por violación, para que no tuviera que afrontar esto sola. Una familia de la iglesia la puso en contacto con la familia ideal para su bebé. Meses más tarde dio a luz y llamó Justice al niño.

El dolor de abortar a mi hijo Matthew es el mayor remordimiento de mi vida. Me destrozó. El aborto obliga a una madre a volverse contra su propia carne y sangre. Es autodestructivo como ningún otro trauma: las cicatrices son profundas. La violación también es traumática, sin dudas. Pero complicar el trauma de la violación con el segundo trauma del aborto está contraindicado. El aborto daña a las víctimas de violación; nunca les ayuda. La mejor opción para la madre que ha concebido en una violación es continuar el embarazo, rodeada de familiares y amigos con el apoyo de un centro de recursos para el embarazo.

“A los que aman a Dios y actúan según su mandato, Él les promete que todas las cosas que ocurran serán para su bien”. (Romanos 8:28). Para mí, la historia de Morgan es una prueba de su promesa. Mi bebé murió y rompió mi corazón de madre. Pero Dios se sirvió de mi dolor y mi sufrimiento para impulsarme al ministerio en nombre de los que están por nacer. Gracias a que estoy dispuesta a compartir mi doloroso testimonio de la muerte de mi hijo, Justice está vivo, y su madre vive sin el arrepentimiento del aborto. De hecho, cuando salvas a un bebé concebido en violación o con una anomalía fetal, realmente salvas a dos: madre e hijo. Nos llamamos a nosotros mismos "Salvar el 1", pero cuando salvas al hijo, también salvas a la madre; salvamos a ambos.



BIO: Nicole Cooley es una activista pro vida, colaboradora del Centre for Bioethical Reform. Vive en Virginia (Estados Unidos) con su marido y sus cuatro hijos. Es bloguera de Salvar El 1