Siempre soñé con ser mamá y siempre
he estado totalmente en contra del aborto. Hace poco más de dos años me di
cuenta que iba a ser mamá y, aunque no estaba preparada y sentí miedo, amé a mi
bebé desde ese momento.
Él fue concebido en una noche en la
que su papá y yo no tomamos precauciones. Dos meses y medio después vi que
estaba embarazada. Cuando salió ese positivo sentí miedo de decirle a él qué
había pasado. Más miedo de él que de mi propio papá.
Cuando lo llamé y le di la noticia
se quedó callado y luego empezó a decirme que yo debía abortar. Fue impactante
escuchar eso. Me decía que él me llevaría a un lugar seguro, aunque aquí en
Costa Rica ni siquiera es legal el aborto.
Me acosaba y yo le decía que no lo
iba hacer porque el bebé no tenía la culpa de lo que nosotros habíamos hecho y
que con o sin su apoyo, yo iba a tener a mi bebé.
Después de que vio que no iba a
abortar me empezó a ofender, después a meterme miedo para que yo tuviera un
aborto espontáneo, me decía que el bebé no venía bien porque él había usado
todo tipo de drogas. Me habló hasta de una enfermedad de trasmisión sexual sólo
para asustarme pues él no tenía nada. Ese día hasta caí desmayada y pues hoy
por hoy es un padre de sólo plata.
Haber defendido la vida de mi hijo
a capa y espada es una de las cosas de las que siempre me sentiré orgullosa
porque mi hijo es lo mejor que me pudo haber pasado en la vida y merece lo
mejor del mundo. Viví cosas muy
difíciles, traumas que hasta ahorita he ido superando, pero Dios no nos ha
desamparado nunca. Amo ser pro vida.
Nota: Raquel D. es costarricense,
madre de un niño y, a raíz de escribir su testimonio para que Salvar El 1, se
ha vinculado con el grupo de oración pacífica por el fin del aborto, 40 Días
por la Vida de su localidad.