Hola, estoy en contra del aborto en
todas sus circunstancias porque, sea como sea, es un asesinato.
Cuando tenía 11 años me violaron y quedé
embarazada. Mi madre recorrió toda Asunción para conseguir un juez que me casara
con el chico que me había violado ya que ella no me creyó cuando yo le
dije que él me había violado.
Cuando estuve delante del juez tutelar
del menor, él me dijo que tratándose de una violación, lo que podía hacer era
facilitarme el aborto por medio de un papel y me preguntó si yo sabía qué era
un aborto. Le respondí que no, que no lo sabía y me lo explicó. Entonces, le
dije que yo no quería hacerme un aborto porque, si me lo hiciera, sería una
asesina.
Volví con mi madre a casa y
entonces ella me entregó al pibe que me había violado para formar pareja y con
él viví hasta los 20 años. A los 13 años ya era madre de dos hijos, ambos
concebidos en sus constantes violaciones. Hoy, yo tengo 36 años, mi hijo mayor
tiene 24 y mi hija 23.
Pasé un infierno de 10 años al lado de
mi violador, sufrí cosas que no puedo ni explicar, pero nunca jamás pensé
en asesinar a mis hijos porque fueran frutos de una violación. Hoy mis
hijos son mi mayor orgullo. Mi hijo está en el seminario y mi hija el año que viene se recibe de contadora y ya soy abuela porque ella es madre de una
hijita.
Cuando cumplí la mayoría de edad y con
la ayuda de la madre de mi violador que veía como me trataba y golpeaba, dejé
Paraguay, país que no defiende a las mujeres y vine a Argentina que es donde
resido ahora. No volví más. La madre le hizo una perimetral y llevó ella a los
chicos y me mando para acá.
Hace poco se me partió el alma cuando mi
hijo me pidió perdón por el mal comportamiento de su padre por todo mi
maltrato. A pesar de estos sufrimientos no me hice una mala persona. Hay veces
que me pregunto si la vocación al sacerdocio de mi hijo no tendrá sus raíces en
aquellos malos tratos de su padre que él presenció.
Y otro día mi hija me preguntó si yo los
amaba a ella y a su hermano de la misma manera que amo a su hermano pequeño, el
niño que he tenido con mi actual pareja. Y le contesté que sí, siempre los amo,
porque esto es lo que siento, un inmenso amor por mis hijos. Y creo que, si los
hubiese abortado, viviría una vida triste.
Si tuviese que aconsejar a una muchacha
que espera un hijo tras una violación, le diría que fuera fuerte y que opte por
la vida. No se arrepentirá. Yo lo pasé y no hay nada como dar a luz y ser
madre. Ojalá pueda hacer entender a todas esas personas que nadie tiene derecho
de sacar la vida de un inocente.
Cuando nació mi hijo, fui la mamá más
joven del año. La verdad es que no tuve adolescencia porque pasé de ser niña
pequeña a ser madre. Parecía que me habían dado una muñeca y que la
llevaba en el brazo pero, desde que me lo pusieron allí, ya no me quería
deprender de él ni un instante. Lo amaba.
Me siento feliz de haber dicho sí a la
vida y no al aborto.
BIO Claudelina Sanabria, Argentina. Madre de tres hijos, los dos mayores concebidos en violación. Escribió este testimonio para Salvar El 1
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