Thursday, November 12, 2015

Mujer nigeriana madre como consecuencia de una violación: "Mi hijo es el regalo más dulce que me ha dado la vida".
Por Betty Esene





Fui violada de camino a un examen. Tras el incidente, me convencí a mi misma de que no había pasado nada y seguí adelante. Esto es lo que me  quería creer hasta que, al mes, supe que estaba embarazada y entonces todo se torció. Me odiaba a mi misma, odiaba lo que había ocurrido pero, sobre todo, odiaba al bebé que esperaba. Mi primera idea fue la de abortar. Yo era una muchacha joven con ansias de mejorar mi propio futuro y el de mi familia. "Este niño arruinará para siempre mis aspiraciones y mis metas", pensé.

 Busqué con insistencia a alguien que financiara mi aborto pero no lo encontré. Incluso empecé a ingerir fuertes drogas desde el primer mes de embarazo hasta el séptimo pero el bebé se resistía a morir. Pensé en suicidarme muchas veces pero, por aquel entonces, mi madre enfermó de gravedad y yo era una gran ayuda para ella.

Mantuve la gestación en secreto durante 7 meses . Solía golpear mi vientre con violencia cuando nadie me veía y le gritaba al bebé:" ¡Muere o desaparece pero no te quiero a mi lado!". Estaba muy deprimida y traumatizada y viví una agonía de 7 meses hasta que le conté a mi familia qué ocurría. Tuve el apoyo de mi madre y de una ONG de mi país, Nigeria, y di a luz al niño.

 El parto fue complicado pero en el momento que lo sostuve en mis brazos sentí una gran paz interior. Ahora lo miro y me pregunto cómo pude plantearme rechazar una bendición tan grande. Es el regalo más dulce y maravilloso que me ha dado la vida. Su sonrisa me da una razón par ser valiente y seguir adelante. Él capta mi estado de ánimo a la primera y nuestra complicidad es muy grande. Hoy tiene cinco años y preferiría estar en la calle que darlo en adopción. No lo veo como el producto de una violación sino como un don de la Providencia.

 La gente debe entender que Dios no manda al violador. Todos somos libres en nuestro proceder y a veces se sirve  de situaciones dolorosas para hacer algo bueno: el bebé. Yo no juzgo a una joven chica por querer abortar o por hacerlo porque yo misma estuve en esa tesitura pero pienso que hay que ver al niño como el hijo de la víctima y no como el hijo del violador. Y, como ser humano que es, tiene unos derechos y una misión en esta vida.

Seamos claros: El niño no tiene culpa de lo ocurrido y tiene derecho a vivir. A todos los niños les espera una vida que deben vivir y un gran futuro porque están creados por Dios y Él no los habría hecho si no fuera así. No son el producto de una violación sino Hijos de Dios. Él los creó con una intención, como a mi hijo.

BIO: Betty E. es planificadora de eventos y maquilldora, de Nigeria, miembro y bloguera en Save the 1.
 Ayuda y anima a mujeres que han concebido un hijo en una violación.