Luis Alfredo León Armijos, Ecuador.
Concebido en una violación.
Yo podría estar en un tacho de basura,
pero a mí se me dio la vida. Mi madre, María Eufemia Armijos Romero, siendo
todavía muy joven –recién había cumplido los 13 años- limpiaba y cuidaba una
casa en Loja para ayudar a sus padres y a sus siete hermanos. El dueño de la
casa, aprovechando que estaba solo, abusó de ella y la dejó embarazada.
A pesar del rechazo de su familia que
no quería que naciera el bebé –le golpearon en la barriga y le dieron bebidas
para que abortara- mi madre siempre defendió la vida de su hijo y, al verse
sola y sin apoyo, oró y sintió en su corazón que el Señor le decía: Defiende la
vida de ese niño.
Mi madre, entonces, huyó de Loja hacia
la ciudad de Cuenca donde sobrevivió por sus propios medios. El domingo 10 de
octubre de 1971 a las 10:00 a.m., en un parto lleno de complicaciones por su
corta edad y su pequeña contextura, nací yo, con algunos problemas
respiratorios que el amor y cuidado de Dios padre y de mi madre me ayudaron a
sanar.
Después de un tiempo y con la ayuda
paterna, mi madre regresó a Loja para empezar una vida como madre soltera. Le
tocó quedarse a cargo de mi padre, quien aceptó reconocerme y hacerse cargo
de mí, pero eso no quiere decir que las cosas habían sanado entre ambos.
Mi padre visitaba siempre la casa en la
que vivíamos y cumplía con nosotros. Tuvieron tres hijos más y mi relación con
él era distante pero buena. Le tenía mucho respeto, infundía autoridad, conmigo
siempre fue muy exigente, me llevaba a trabajar con él.
Cuando cumplí los 16 años me invitaron
a la Renovación Carismática donde tuve mi primer encuentro con Cristo, aprendí
de su amor maravilloso y comencé a predicar y a dar catequesis en todo lugar
que Dios me ponía, como los autobuses y el correccional de menores.
A mis 18 años sentí la llamada a la
vocación sacerdotal e ingresé en el Seminario de Loja a pesar de la oposición
de mi padre. Con un permiso especial de mi Obispo, debido a mi corta edad, fui
ordenado a los 23 años: fue toda una bendición para mi vida.
Cuatro años después ingresé en el
Camino Neocatecumenal y mi madre me contó, tras terminar la relación con mi
padre, cómo vine yo al mundo. Eso marcó el punto de inicio para un camino de
reconciliación de ambos. Ayudé a mi mamá a entender que no podía odiar a mi
padre y que Dios la invitaba a amar su propia historia.
Con esta experiencia comprendí que
siempre había predicado a los demás el amor de Cristo en sus vidas y ahora
entendía el sentido de mi vida, Dios me permitía ser sacerdote no para juzgar
sino para perdonar, para ser instrumento de su misericordia, y yo había juzgado
mucho a mi padre por todo, un día llego la reconciliación y perdonando a mi
padre le anunciaba, la vida eterna para él.
Años más tarde recibí una llamada de mi
padre. Se iba a operar y le daba miedo. Me dijo: “Quiero que me confieses”.
Después de unos 30 años que no comulgaba, mi padre regresó a la comunión, a la
Eucaristía.
Yo le decía: “Papá, usted merece el
cielo, el perdón de los pecados, la vida eterna, que disfrute del amor de Dios,
así como la Iglesia a mí también me está haciendo ver el cielo”. En ese
momento, los ojos de mi padre se llenaron de lágrimas. Luego lo más importante
creo es el perdón que mi madre le ha dado a mi padre, eso gracias al amor
misericordioso de nuestro Señor Jesucristo, que se ha manifestado en el caminar
de la fe que están viviendo.
Cuando predico a madres gestantes que
pasan por dificultades en la decisión de tener su hijo, les presento mi
experiencia. Esto está en la Escritura, es el caso de Samuel, Jeremías, Sansón,
Juan Bautista, etc. Dios es el autor de la vida, y a veces donde no puede darse
la vida es donde el manifiesta su poder y su gracia; forma en el vientre la
vida de un hijo, y le da una misión. Por esto, puede ser que trae sufrimiento,
que trae dolor; pero les digo que un hijo trae la salvación, trae misericordia,
bendiciones. Como Jesucristo que fue insultado, perseguido, ya desde niño fue
causa de contradicción, en sus hijos reciban la bendición de Jesús.
Aconsejo a los hijos que conozcan bien
sus propias historias. Siempre hay detalles de amor de Dios. Que aprendan a ver
las cosas desde el amor de Dios. Uno puede enterarse de su historia y odiar la
propia vida y juzgar a Dios como me había pasado a mí, pero descubrí que el
amor de Dios estuvo ahí, cuidándome la vida.
Joven, si el padre de la tierra se ha
equivocado y te ha fallado, el padre Dios nunca nos ha fallado. Si eres hijo de
madre soltera debes ver en tu vida cómo el padre Dios te ha cuidado.
Pudieron haberme condenado a un montón
de basura, pero se me dio la vida, y creo que la vida es una gratuidad; todo lo
que tengo lo es: la vida en sí misma es un don exquisito que Dios nos da.
Biografía: El padre Luis Alfredo vive
en Loja (Ecuador) donde desempeña su ministerio sacerdotal.
Hola, soy Theresa Williams. Después de estar en una relación con Anderson durante años, rompió conmigo, hice todo lo posible por traerlo de vuelta, pero todo fue en vano, lo quería de regreso por el amor que tengo por él, Le supliqué todo, hice promesas pero él se negó. Le expliqué mi problema a mi amiga y ella sugirió que debería contactar a un lanzador de hechizos que podría ayudarme a lanzar un hechizo para traerlo de vuelta, pero yo soy del tipo que nunca creyó en el hechizo, no tuve más remedio que intentarlo, Mandé al lanzador de hechizos, y él me dijo que no había ningún problema de que todo estaría bien antes de tres días, que mi ex volverá a mí antes de tres días, lanzó el hechizo y sorprendentemente en el segundo día, eran alrededor de las 4 p.m. Mi ex me llamó, estaba tan sorprendido, respondí la llamada y todo lo que dijo fue que lo sentía por todo lo que sucedió que quería que volviera con él, que me ama tanto. Estaba tan feliz y fui a él que así fue como empezamos a vivir juntos felices otra vez. Desde entonces, hice la promesa de que cualquier persona que conozco tenga un problema de relación, sería de ayuda para esa persona al recomendarlo como el único hechicero real y poderoso que me ayudó con mi propio problema. Su correo electrónico: {drogunduspellcaster@gmail.com} puede enviarle un correo electrónico si necesita su ayuda en su relación o en cualquier otro caso.
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