Tuesday, September 24, 2019

Violada y embarazada a Los 13 años, la llevaron a la consulta del Dr. Klopfer para abortar a su bebé


¿Ulrich George Klopfer mantuvo los restos de mi hijo como su trofeo?
Por Serena Dyksen


Cuando tenía diez años, el esposo de mi tía empezó a molestarme mientras cuidaba a sus hijos. Finalmente me violó a la edad de 13 años. Tuve el coraje de contarle a un compañero de clase lo que me habían hecho, se informó al consejero escolar y se notificó a mis padres. Me llevaron inmediatamente al consultorio de mi médico para que me examinaran y me dijeron que estaba embarazada de la violación. Ese día sería la primera vez que escuché la palabra aborto. Mi médico de familia sugirió el aborto a mis padres como una solución para arreglar el problema, y nos remitió al Women's Pavilion Center en South Bend, Indiana, una de las tres clínicas de aborto donde estaba el infame Dr. Ulrich "George" Klopfer.


El día de mi cita en la clínica, me llevaron sola a una habitación donde un consejero me habló de un grupo de células. No tenía ni idea de qué estaba hablando, pero cuando me preguntó si estaba lista para el aborto, asentí con la cabeza por inocencia y confiando en que los adultos buscaban lo mejor para mí Me llevaron a una habitación, me dieron una bata y me dijeron que me acostara en una mesa. Esta fue la primera vez que vi a George Klopfer, hombre de mediana edad como mi violador. Entró en la habitación sonriendo y dijo que no llevaría mucho tiempo. Ese fue el alcance de nuestra relación médico-paciente. No hubo consulta, no se me proporcionó otra información.

Estaba absolutamente aterrorizada. Me quedé allí con nada más que una bata, mis piernas abiertas con los pies en los estribos y este extraño hombre estaba a punto de hacerme algo. Estaba avergonzada, inquieta, insegura. 

Mientras estaba acostada en la mesa, de repente escuché un fuerte sonido de aspiración, el ruido de succión inolvidable fue mucho más fuerte que nuestra aspiradora de casa, y luego experimenté el dolor más insoportable que jamás había sentido. Comencé a gritar de agonía sólo para que el Dr. Klopfer me gritara que dejara de hacer ruido. Recuerdo que me sorprendió que este médico me gritara. ¿Cómo podría no importarle mi sufrimiento?

Muchos años después, descubrí un diario de mi madre con una entrada sobre ese día: ella escribió que desde la sala de espera podía oírme gritar, pero no le permitían que fuera conmigo. Fue desgarrador.

Una vez que terminó el procedimiento, me llevaron a una sala de recuperación con otras mujeres. Todas nos sentamos allí, sin tener ningún contacto visual. Estaba completamente insensible y desconectada. Cuando me dijeron que era hora de que me fuera, me puse de pie con una gran hemorragia, derramando sangre sobre el suelo. Nadie trajo al médico, simplemente me sacaron de la clínica a toda prisa mientras sufría una hemorragia. Estaba débil y apenas podía soportar estar en pie así que mi papá tuvo que llevarme al coche. Nunca hubo una visita de seguimiento en la clínica y nunca se volvió a hablar sobre el aborto con mi familia.


Aunque tenía 13 años y no tenía idea de la maternidad, sufrí horriblemente mi aborto. Luchaba cada día y no entendía el motivo. Luché contra la depresión, tuve un aborto espontáneo, uno de mis ovarios se rompió, casi perdí la vida, y tuve una histerectomía completa antes de los 29 años. Todos mis problemas reproductivos no tenían sentido, pero ningún médico me preguntó si había abortado previamente.

Usé drogas y alcohol para adormecer mi dolor, tuve problemas matrimoniales que casi terminarían con mi matrimonio, y luché por ser una buena madre de mis otros hijos. Una noche, después de beber mucho para enmascarar mi dolor, tuve un encuentro que cambiaría mi vida y comenzaría mi proceso de curación.

Incluso después de mucho tiempo de curación y asistir a un retiro postaborto, escuchar la noticia del hallazgo de los restos de más de 2200 bebés en la propiedad de George Klopfer despertó en mí muchas emociones. Siento que me han violado de nuevo, ahora por tercera vez. El viernes por la noche, cuando oí la historia, mi cuerpo se entumeció por el shock ya que pensé que mi bebé podía estar en su propiedad. Me pregunté por qué había guardado sus restos y me di cuenta de que, probablemente, eran trofeos para él. El cadáver de mi hijo era su trofeo. El dolor fue abrumador.

Luego, mis lágrimas se convirtieron en ira porque la clínica de South Bend, donde había operado antes de perder su licencia, fue absorbida por Whole Women's Health, que actualmente aborta a niños sin licencia. Si las atrocidades que rodearon a Klopfer ocurrieron en una clínica autorizada, ¡ni siquiera quiero pensar en lo que está sucediendo en esta clínica sin licencia! Pero la conclusión es que estas clínicas no deberían existir.

En los últimos días, he recibido muchos mensajes de otras mujeres que también abortaron y que han sentido las mismas emociones que yo, especialmente tras participar en una conferencia de prensa el lunes. Uno de los encuentros más impresionantes ha sido con otra mujer que estaba tan traumatizada por la noticia que, cuando vio que se excavaba, comenzó a llorar y a decir: "Sé que hay enterrados bebés aquí". Era como hablar con alguien que acababa de regresar de la guerra. Otra mujer dijo: "Me siento violada". Me ha llevado tiempo sanar y ahora la herida se vuelve a abrir.

Como mujer que ha abortado, solicito que se realice una investigación completa que incluya pruebas de ADN para unir a estos hijos e hijas con sus madres que  quieren hacerles  un funeral y entierro adecuados. Quiero saber si mi hija es una de ellas y quiero enterrarla y tener un lugar para honrarla. Tal vez ella sabrá que su madre la quiere y la ama. Y aquéllos cuyas madres no se presenten para reclamarlos, merecen la misma dignidad porque multitudes lloran la pérdida de sus vidas. Si Klopfer puede mantener a estos bebés de manera inexplicable durante años, deberíamos poder proporcionarles un lugar permanente para ser recordados de manera digna.

También apelo a la jueza Sara Evans para que escuche mi historia y cierre la clínica de abortos Whole Women's Health para proteger a los bebés y las mujeres de nuestra área. ¡Defienda las leyes que se aprobaron!

Por último, quiero alentar a las mujeres que abortaron a que no se aferren a ese sufrimiento más tiempo. Por favor, busque ayuda y curación. Hay muchas personas que desean ayudarla en su proceso de curación. Estamos aquí para ti. El hecho de que haya elegido, o como en mi caso, la elección fue hecha por usted, no significa que merezca vivir con dolor y sufrimiento. ¡Hay perdón, esperanza y sanación para ti!


BIO: Serena Dyksen está casada, es madre y abortó un hijo concebido en una violación. Es bloggera y portavoz de Save The 1. Puede contactar con ella a través de Facebook.

1 comment:

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