Queremos creer
tantas cosas en la vida... Como que ciertas COSAS (circunstancias) no nos
afectan, que podemos pasar más allá o a través de ellas y que no determinarán
nuestro bienestar o nuestra felicidad. Esas COSAS pueden ser, por ejemplo: desastres
naturales o desastres que nosotros mismos hemos creado. Sin embargo, la mayoría
de las veces reconocemos fácilmente el efecto que esas COSAS tienen sobre
nosotros.
Son las COSAS
que suceden "fuera de nuestro control": negligencia, abandono,
hostigamiento y abuso, las que generan una vida de silencio y vergüenza. Son
esas COSAS las que dejamos de lado e ignoramos, sin darnos cuenta de los daños
que nos causan por creer que "no nos afectan". Son las COSAS que
nos ahogan en amargura, odio hacia nosotros mismos y miedo.
Una de esas
COSAS en mi vida, que ni siquiera sabía que existía hasta que encontré a mi
madre biológica, casi me destruyó.
Necesitaba
respuestas a tantas preguntas... Siempre
había sentido curiosidad sobre mi adopción y por qué mi gemela y yo fuimos
"abandonadas". La curiosidad crecía en el camino a un juzgado de
una ciudad pequeña de Indiana, a unas pocas horas de donde vivía. Necesitaba
respuestas a tantas preguntas. Con la información que recibí de un médico en el
hospital donde nací, estaba lista para jugar a los detectives y encontrar a mi
madre biológica.
Cindy y su hermana gemela
Después de
revisar sentencias de divorcio y confirmar que su apellido no había cambiado,
encontré a la única Donna Melton en el directorio telefónico. El intento de
llamarla por teléfono no tuvo éxito, así que manejé hasta su casa que estaba a
solo dos cuadras del Juzgado. Estaba impresionada al ver que en tan solo dos
horas la había encontrado. Regresé con mi hermana gemela y nos sentamos frente
a la casa de nuestra madre biológica mientras escribía una nota con todos los
hechos que demostraban que yo era su hija. Al poner la nota en su buzón pude
ver como alguien se asomaba por la ventana, pero no me atreví a tocar a la
puerta – mi grupo de adopción nos había advertido que nunca nos presentáramos sin
previo aviso a la puerta de un padre biológico, ya que esto podría llevar a un
primer encuentro nada grato.
A la mañana
siguiente, era un manojo de nervios cuando sonó el teléfono. La voz tenía un
acento de Indiana, así que inmediatamente supe que era mi madre biológica. Me
confesó que mi nota la asustó muchísimo, que nunca había soñado que sabría de
ninguna de nosotras. También admitió que había querido encontrarnos cuando
teníamos un año de edad, pero que hacía mucho tiempo que había olvidado esa idea
tan estremecedora.
Mi madre
biológica había estado casada dos veces por un periodo breve y tengo dos medios
hermanos mayores, uno de cada uno de esos matrimonios. Uno de mis hermanastros
tiene los ojos como los míos y fue increíble encontrar otro ser humano tan
parecido a mí, además de mi hermana gemela.
La madre de Cindy
Al final de la
conversación le pregunté quien había sido mi padre biológico, y ella después de
vacilar un poco me explicó que había roto relación con él cuando descubrió que
estaba casado. Poco después de la ruptura, se mudó a otra parte de la ciudad,
pero él se abrió camino hacia su apartamento y la forzó a tener relaciones
sexuales. Ella lo llamó "trabajo forzado" en lugar de llamarlo
violación. Después de todo, era 1960 y si conocías al violador, la mayoría de
la gente dudaba que realmente hubiera sido una violación.
Mi vida cambio cuando me enteré que era un
"producto de una violación". Hacía poco
había recibido una capacitación en un centro de crisis para ayudar a víctimas
de violación. Ahí aprendimos que la violación se basa en ejercer poder, no en
el sexo. Entonces, sentí que entendía el problema y que podía continuar mi vida
como si nada hubiera cambiado.
El único problema es que pareciera que todas
las personas creen que si una mujer queda embarazada por una violación ella
debe de terminar o tener la posibilidad de terminar con la vida de su bebé a
través de un aborto. Incluso muchos cristianos creen en esto.
Cuando expliqué
a mis amigos que fui producto de violación, esperaba que me rechazaran y
lamentaran que mi madre biológica no me hubiese abortado, pero para mi
sorpresa, me alentaron con el amor de Dios diciéndome: Él tiene una misión
especial para ti.
Pero, aun así,
había una voz invadiendo mi interior diariamente, recordándome implacablemente
lo inútil que era ahora: "Deberías haber sido abandonada y tirada a la
basura".
Dios a menudo me
hace preguntas para enseñarme algo y, mientras oraba, un día le oí preguntar:
"¿Qué es un producto?".
Desconcertada
por la extraña pregunta, respondí: "Bueno, un producto es algo fabricado
por un fabricante".
Luego vino otra
pregunta, "¿Quién es tu fabricante?"
Ok, Él me
acorraló con la verdad ... Le susurré en respuesta: "Tú eres mi
fabricante, Señor". Tanto los
sollozos como la realidad sacudieron mi cuerpo.
"Nunca más
digas que eres un producto de violación" porque YO soy tu fabricante, te
creé en el vientre de tu madre y estoy muy complacido contigo ", dijo mi
verdadero padre.
Su calor se
extendió sobre mí cuando habló: "Fuiste concebida en una violación",
pero eres producto de tu verdadero Padre que te ama con un amor eterno que
nunca cambiará ".
Mi madre y yo
desarrollamos una relación continua por 10 años. Ella tenía un par de amigas
que se ofrecieron a ayudarla a obtener un aborto ilegal, pero ella les dijo que
no le interesaba en lo más mínimo, que ella sabía muy bien que eso era un
asesinato y no quería tener nada que ver con eso.
Nunca me dijo
quién fue mi padre biológico, pero me dijo que después de que ella muera,
podría preguntarle a su mejor amiga por su nombre, y ella me lo diría.
Cuando llegó ese
día, asistí a su funeral y tuve la oportunidad de preguntarle a su mejor amiga
por su nombre. Mantuve guardado ese pedazo de papel con el nombre durante mucho
tiempo.
Años más tarde,
mientras estaba en el sitio web Ancestry.com busqué su nombre y encontré su
obituario y una foto de un anuario de la secundaria de mi padre biológico… Soy
idéntica a él, y me enojó mucho el parecerme al violador de mi madre. La vida
había sido ya bastante dura y esta bofetada en la cara me ahogaba en un
sentimiento de lástima por mí misma. Más tarde también me enteré que había
violado a muchas más mujeres en aquella ciudad.
Pero Dios de
nuevo me mostró otra verdad que disipó mi furia rápidamente.
La verdad era
que Dios eligió redimir el ADN de este hombre y su acto despreciable al
crearnos en el vientre de mi madre. Dios sacó vida de la muerte.
Su espíritu me
envolvió como una acogedora manta y susurró: “Toda vida es preciosa para mí, tu
verdadero Padre”. Sí, otra vez lloré, abrumada por su amor por mí.
Hoy puedo decir
que la verdad no me afecta. Mi único Padre me ha curado con su amor.
Nota: Cindy L.
Smith está casada, es madre de 3 hijos, autora de “Whispered Truth” (verdad
susurrada) y oradora y bloguera provida de Salvar el 1. Sigue su página de
Facebook y visita su sitio web Living Hope For Today.
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