Texto redactado a
partir del artículo publicado en LifeNews
Se ha denunciado
durante años cómo el aborto se utiliza en las formas más horrendas contra
mujeres víctimas de violación. Las
clínicas de aborto generalmente miran hacia otro lado y sacan provecho de
abortos realizados a jóvenes, víctimas de violencia sexual que muchas veces no
denuncian la violación a las autoridades o lo hacen con demora, dificultando los esfuerzos de la policía para
procesar al violador.
Un caso en
Inglaterra muestra cómo el aborto es el mejor aliado del violador y sirve para
cubrir sus huellas y ocultar la evidencia más clara de la violación: un bebé.
Hollie Davey, de
Essex, se crió en una familia de adopción. En el año 2001, a los 13 años, quiso conocer a su padre
biológico puesto que su madre biológica ya había muerto. Empezó su búsqueda y consiguió encontrarlo.
“Cuando llegué a
su casa -relata Hollie- un hombre de pelo gris abrió la puerta y me preguntó si
me podía ayudar. Le dije que yo era su hija y aunque parecía sorprendido, él me
estrechó con un abrazo. Dijo que había estado
esperando el momento en que me conociera”.
Éste le pidió que
se fuera a vivir con él y allí comenzó
su pesadilla. Empezó a ser abusada sexualmente de forma reiterada por su
padre que la obligaba a vestirse de novia y quedó embarazada dos veces. La primera
vez, su padre le hizo un aborto casero que fue horrible para ambos: Hollie y su
bebé. La segunda vez que Hollie quedó embarazada, se quedó con el bebé,
diciendo que el niño era suyo a pesar de que hubiera sido concebido en esas terribles circunstancias.
Hollie Davey que
tiene ahora 28 años y es madre de tres hijas de corta edad, ha relatado por primera vez su terrible experiencia tras
el encarcelamiento de su padre en 2013 y afirma
que nunca superará lo que le hizo al haberle robado su niñez.
Según cuenta su
padre visitaba su habitación todas las
noches para acosarla sexualmente.
"Él me llamaba su 'chica especial' y yo me quedaba como muerta en
la cama, deseando que eso no estuviera
pasando".
Davey siguió
violando a su hija durante meses y finalmente ella quedó embarazada. Desesperado, la obligó a tomar una botella de
ginebra y luego le hizo un aborto casero con una aguja para tejer.
Hollie explica:
"Recuerdo que la sangre corría por mis piernas y debió de asustar a mi papá porque me llevó al
hospital. Quise contarle a las enfermeras: ‘Mi padre me hizo esto’, pero estaba
aterrada de pensar las consecuencias. Sí
que pensé que esto lo asustaría para que dejara de violarme pero me equivoqué”.
A los 15 años, la
muchacha quedó embarazada por segunda vez, pero en esta ocasión se lo ocultó a
su padre.
Ella explica cómo
razonó : "Aunque el bebé había sido creado por un monstruo, era mi
bebé".
Entonces, una
noche, cuando su papá estaba dormido, Hollie se percató de que la puerta estaba sin llave y escapó:
"Me di cuenta de que, finalmente, era libre".
Culpó a su padre y tomó la decisión de no dejar que destruyera más su vida. Comenzó la universidad y alquiló su propio piso.
Pero un día se percató de que su padre seguía libre y rondando por ahí y podía abusar de otros niños así que contactó con un abogado y fue a la policía.
En julio de 2013, Paul Davey, entonces de 63 años, declaró en el Tribunal Penal de Ipswich y se declaró culpable de violación, asalto indecente y un intento de procurar un aborto involuntario.
Fue declarado culpable de todos los cargos y condenado a 16 años de cárcel.
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