Ramona Treviño
Ex Directora de Planned Parenthood en Sherman, Texas.
Por Mariana Schroeder
Ramona Treviño creció siendo católica
y pro vida. Al quedar embarazada a los 16 años escogió la vida para su bebé que
ahora es una hermosa jovencita con muchísimas cualidades.
Madre ahora de 5
niños nunca se imaginó que detrás de
Planned Parenhood lo único que encontraría sería anticoncepción y aborto.
Ella realmente creía en poder ayudar a las mujeres en necesidad y confiaba en
que esta institución apoyaba a la mujer integralmente, como una clínica con
servicio ginecológico; pero la realidad era muy diferente.
Una amiga la recomendó para la dirección de la oficina
de Planned Parenthood en Sherman, Texas y la idea
le pareció cautivadora. La necesidad del trabajo, junto con el poder hacer algo
por las mujeres texanas, le pareció la combinación perfecta, así que acepto. Además,
el trabajo se acopló perfectamente a sus necesidades pues era bien remunerado y
solo 3 veces a la semana lo cual compaginaba muy bien con su rol de madre.
A pesar de ser pro-vida y no estar de acuerdo en el
uso de anticonceptivos al aceptar este trabajo tomo una actitud de “cada quien
su vida”. Sentía que al expresar abiertamente el
ser pro-vida estaba juzgando a sus clientes. Pero con ese pensamiento se auto engañaba
y trataba de calmar su conciencia diciendo: “Es mejor que estas jovencitas
tomen anticonceptivos a que aborten, o que tengan un bebé del que no se harán
cargo”. Pero la situación cambio al darse cuenta de que a pesar de que no se
realizaban abortos en la clínica a su cargo, ella tenía que referir y proveer
información de donde realizarse uno.
Sus esfuerzos
por salvar vidas al referir a las mujeres buscando aborto al centro de ayuda
para la mujer de Sherman fueron frenados por sus superiores al enterarse de lo
que estaba haciendo.
Todo esto hacia
que sus sentimientos de culpa crecieran cada día más, pero no se sentía capaz
de renunciar. Sentía que, a pesar de todo, estaba ayudando a algunas mujeres y
estaba preocupada de, en caso de renunciar, el bienestar económico de su
familia.
Poco a poco se fue dando cuenta de que detrás del
slogan de ayudar a la mujer se escondía un negocio multimillonario, no escatimaban en pedirle que incrementara su clientela y los
servicios que vendía su clínica: anticoncepción y aborto para otras clínica de
la empresa; pero donde no existían ni mamografías ni ningún otro tipo de
servicio de salud para la mujer.
Su desasosiego llego al límite cuando Lila Rose
publicó los videos en los que Planned Parenthood no solo no daba parte a la
policía sino también encubría y daba consejos a los tratantes y abusadores de
menores. Ramona creyó que estos videos eran
fabricados, que PP jamás podría estar detrás de algo tan bajo y vil. Su
sorpresa y desilusión fue enorme al ser requerida a asistir a una junta para
recibir entrenamiento respecto a estos videos. Al llegar a dicha junta
comenzaron a mostrar los videos y a hablar de cómo detectar cuando están siendo
grabados tanto en persona como por teléfono y la forma de contestar preguntas
de manera no comprometedora. Ramona se atrevió a levantar la mano y preguntar
cuando se tocaría el punto de cómo entrenar a sus empleadas para detectar si se
está frente un caso de violación o tráfico de personas a lo cual le contestaron
tajantemente que ese no era el tema a tratar en la junta. Sintió tanta
repugnancia que le costó contenerse y recuerda que en ese momento supo que
tenía que buscar otro trabajo, que no podía seguir trabajando para PP.
Dios fue guiándola poco a poco. Gracias a la Radio Católica
ETWN escuchó el testimonio de Abby Johnson, exdirectora de Planned
Parenthood en Bryan Texas. Se sintió completamente identificada con ella ya que
Abby también es católica y había sentido la presión de no poder dejar el
trabajo debido a la remuneración económica, pero había descubierto el verdadero
propósito de su exempleador, la empresa más grande de aborto en el mundo
entero.
Sin embargo Ramona
no dio su brazo a torcer hasta un poco más adelante, cuando hubo algo que le
dio la fuerza y paz interior para renunciar. Una campaña que comenzó en Bryan,
Texas y ayudó de igual manera a Abby Johnson y ahora llegaría hasta las puertas
de su clínica en Sherman: 40 días por la vida. Una campaña de oración, ayuno y
vigilia pacifica por el fin del aborto, esta se lleva acabo 2 veces al año,
durante la cuaresma y en el otoño.
Ramona, como muchas otras personas que trabajan en
la industria del aborto, más que apoyo económico lo que necesitaba era apoyo
espiritual. Con motivo de la cuaresma decidió acercarse más a la iglesia y
comenzar a rezar el rosario. Una noche después del trabajo tuvo la valentía de
acercarse a las personas orando afuera de su clínica como parte de la campaña
de 40 días, tenía miedo de enfrentarse a reclamos u ofensas, pero no solo tuvo
oportunidad de pedirles oración, sino que también se dio la “Dioscidencia” de
que le regalaron el libro de Abby “Unplanned” y pudo conocer más a fondo su
historia.
Terminó la
cuaresma y con ella la campaña de 40 días por la vida. Ramona seguía
posponiendo su renuncia, tenía miedo, le faltaba valor. Este valor llego el
Domingo 1 de Mayo del 2011, en que la Iglesia Católica celebra la Divina
Misericordia además de la entonces beatificación de San Juan Pablo II. Durante
la Misa al entonar la canción “Pescador de hombres” sintió como Jesús le
llamaba a dejar su pasado en la arena y junto a Él buscar otro mar… ese Viernes
fue su ultimo día de trabajo en Planned Parenthood.
Desde entonces Ramona se ha dedicado a
defender la vida y a compartir su testimonio de vida. En el 2015 publico su
primer libro “Redimida por la Gracia” y trabaja activamente con asociaciones Pro-vida
como 40 días por la Vida, ha participado en entrevistas con Lila Rose para LiveAction, colaborado directamente con el Comité Católico Pro-Vida del Norte de
Texas, y es miembro activo de Sidewalk Advocates for Life entre muchas
otras. Además, es una orgullosa mamá que
educa en casa (Homeschooler).
Mariana Schroeder ha colaborado con Ramona Treviño en campañanas pro vida y es editora de Salvar El 1 (Save The 1)
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