In memoriam...
(A mi madre, que partió hace 3 años a los 56 años de edad y cuya
historia de amor ha hecho posible este testimonio).
Una tarde, mi madre salió de casa, en una hacienda de Perú,
rumbo a la ciudad. Tenía una urgencia. De pronto, en la carretera, se encontró
con un hombre, un camionero. Fue un momento trágico porque desconocía sus
intenciones. Sería el destino y no hay calificativo para describirlo pero
abusó de ella. En ese momento, quería morirse… Fue un atardecer muy traumático.
Se encontraba sola.
Pasaron las horas, días, meses hasta que su barriguita empezó a
hacerse visible de tanto como estaba creciendo. Entonces, en su
casa se dieron cuenta de que algo le había pasado, porque llevaba meses
retraída, lloraba, no entendía por qué tenía que estar embarazada
de un desconocido y por la fuerza, por un acto de violencia. Pero
desde el principio empezó a amarlo… Sentía su ternura, eso le hacía
sonreir, alegraba su corazón.
Nunca se sometió a ningún examen, evitó todo eso; tampoco quiso que la gente se enterara porque, muchas veces, no ayuda y,
más bien, agudiza o profundiza lo que uno ha sufrido. Es como algo
que te golpeara profundamente, hiriéndote y es más difícil de sanar.
Lo más grande y hermoso es que es tan diferente a todas
las hermanas... Todo el mundo la define como la más bonita, la más hermosa y
tierna. No hacemos diferencia con ella, a todos nos hace gracia.
Ella es la que siempre está pendiente de cada uno de nosotros y es así,
también, con todo el mundo.
Muchas veces estas vivencias te hacen meditar y te hace apreciar la vida de una manera más profunda.Te convierten en una persona
más compasiva. Mi madre siempre decía que sus hijas eran todas maravillosas
pero que mi hermana era todo amor y mucho más delicada que ninguna. Todo el
mundo la ama.
Mi hermana no conoce a su padre ni sabe quien la engendró.
Pero cada vez que se acordaba de él, le preguntaba a mi mamá con una
sonoriza... le decía cómo era él y ella le respondía tan natural que se parecía
a él. Mi mamá no lo hacia trágico porque, simplemente, había
perdonado al hombre que la violó y creía entender su condición. Le vio
una sola vez en su vida y me imagino que él no sabrá de la existencia de mi
linda hermanita.
Pienso que si mi madre hubiera tomado la mala decisión de
abortar le hubiera arrebatado a mi hermana esa alegría de disfrutar la
vida y nos hubiéramos perdido todos los que la rodeamos su amor, su
cariño y su bondad. No sólo eso, sino que hubiera seguido con sus traumas, sin
poder superarlos y ¡quien sabe más!….
Pero mi madre era una persona de una gran fe, amaba a Dios de todo corazón y sabía que, a pesar de la violación sufrida, la vida es el don más hermoso que Dios nos concede.
Pero mi madre era una persona de una gran fe, amaba a Dios de todo corazón y sabía que, a pesar de la violación sufrida, la vida es el don más hermoso que Dios nos concede.
Luciana Koen escribió este testimonio de su madre para Salvar El 1. Quiere que su historia pueda ayudar a muchas mujeres que puedan encontrarse en una situación parecida. (Las fotos son referenciales).
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