Friday, February 7, 2020

Todas las personas tienen derecho a amar y a que las amen


Mi madre biológica se llama María Santiago González. Ella vivía con sus padres en un pueblo llamado Originaria, de la Congregación de San Fernando, Municipio, de San Pedro Soteapan, Veracruz, un lugar lleno de pobreza.

A corta edad, fue separada de sus padres, el Sr. Miguel Santiago y la Sra. Gregoria González ya que fue violada por su propio padre ocasionándole un embarazo cuando aún era una niña. Yo no supe este hecho hasta los 22 años, edad en que mi mamá adoptiva me lo contó.

Después de esa separación, se fue a vivir temporalmente con la señora Isabel Gutiérrez B donde trabajó en un lugar llamado El Paraíso Oax y dio a luz a una bebé, a sus 14 años de edad, hija de su propio padre. Hija del incesto. Y esa niña que nació soy yo. Me llamo Celina, nací un 20 de Marzo de 1992, en la comunidad Colonia Reforma Agraria.


A los dos años me dieron en acogida con intención de que me pudiera adoptar a una señorita llamada María de La luz Miguel como madre soltera, en ese momento. Yo no supe que era hija adoptada ni nada de mi mamá biológica hasta mis 5 años de edad en que, finalmente, pudieron formalizar mi adopción y mi mamá adoptiva me empezó a contar mi historia y a decirme que yo tenía una mamá, la cual me dio a luz...


Me contó que mi madre vivía una vida llena de pobreza y que de haberme tenido a su lado no me habría podido cuidar. Yo nací pesando 6 kg, pero con una severa desnutrición. También me contó que cuando ella me conoció yo estaba sentada en la tierra y bien sucia con la ropa llena de polvo, mi cara manchada de polvo, también y las vacas pasaban enfrente de mí. Pero Dios siempre cuidó de mí. Y yo no recordaba nada de esto pues era bien chiquita.

A los 5 años fui a la Kínder, fue muy poco tiempo y, posteriormente, entré a estudiar a la Escuela Primaria.

A mis 7 años sí que recuerdo que conocí a mi madre biológica y a mis hermanas: Sarita, Isabel y Lucrecia. Ella se casó con un muchacho y tuvo otras tres hijas. Recuerdo que mi mamá biológica volteó su cara para mirarme y yo a ella. Yo veía su mirada y su cara era seria. Era una mujer joven y tenía su cabello amarrado con un coletero, su blusa o sueter era blanco.

Nunca me negó ver a mis hermanas, ella dejaba que jugaran conmigo. No hemos continuado la relación y ahora hace mucho que no sé de ellas. Pero le agradezco que me diera la vida y no me abortase a pesar de ser la hija de su propio padre. 

A los 10 años seguía estudiando en la Primaria, pero no terminé el segundo grado porque a esa edad ya tenía problemas de lenguaje. Mi mamá me cuenta que yo me mordía la lengua cada vez que intentaba hablar y lloraba.

Fui a Villa Hermosa Tabasco a recibir Terapias de Lenguajes y me pusieron dentro de la boca un fierrito para que no pudiera sacar la lengua y pudiera hablar. Estudié en ese estado un tiempo y regresé a mi pueblo a seguir estudiando y aprendí a leer gracias a esos médicos, me ayudaron mucho. Ahora ya puedo hablar, aunque sólo un poco.


Mi mamá adoptiva me contó que la gente le decía a ella que yo no me iba a lograr porque yo me parecía a una muñeca, bien chiquita, pero mi mamá siempre ignoró esos comentarios y aquí estoy viva y sana gracias a Dios y ella que me sacó adelante.

Ahora ya tengo 27 años y soy muy feliz viviendo con mis padres adoptivos. 

Haber sido concebida en violación no determina cuán feliz se va a ser. Todas las personas tienen derecho a amar y a que las amen. Todos podemos hacer del mundo un lugar mejor. También los que fuimos concebidos sin amor.


Nota: Celina es mexicana, concebida en incesto y criada en una familia de adopción.

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