Sunday, April 26, 2015

FUE VIOLADA POR SU NOVIO, EN QUIEN CONFIABA. SE NEGÓ AL ABORTO


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Lauran Chenaye afrontó  los prejuicios culturales de su escuela de secundaria y de su familia. Había sido educada en el Cristianismo y en sus convicciones férreas. Cuando se graduó estaba embarazada de nueve meses. Pero, esta historia no es lo que una se puede imaginar...

En su último año de estudios, Lauran se enamoró de un chico que parecía dulce y que la respetaba o, al menos, eso pensó ella. Fiel a su educación religiosa tan pronto tuvo la oportunidad le explicó a su nuevo novio que quería esperar antes de tener relaciones sexuales. Lauran recuerda que él lo entendió y comprendió sus motivos. A los padres de Lauren nunca les gustó mucho el muchacho pero ella no quiso dejarlo.

La caída de un sueño

" Una semana después de nuestra conversación estábamos jugando a baloncesto y paramos un rato para tomar un refresco en el garaje. Allí él decidió que quería mantener relaciones sexuales conmigo y que le importaba muy poco qué pensara yo. Le rogué, le supliqué pero no me escuchó. Me empotró en un armario y me violó".

Rota de dolor, Lauran volvió a casa pero no le comentó nada a sus padres. En su familia habían tenido experiencia de hombres maltratadores y estaban muy susceptibles. Además, sus padres le habían recomendado encarecidamente que no fuera con el chico, así que mantuvo la violación en secreto.

Paso un mes y Lauran seguía saliendo con el novio violador y aguantando sus abusos. Pensaba qué diría la gente si lo dejaba después de decir que era un encanto y de no hacer caso a sus padres.

También empezó a encontrarse muy cansada y con náuseas. Ante la sospecha de un embarazo se hizo la prueba y dio positiva. Estaba esperando un bebé.

 Defendiendo la vida de su hija

Se lo contó primero  a sus hermanas y, posteriormente, a sus padres pero les ocultó que había sido violada. Su padre le dijo que si estaba embarazada de verdad tenía que abortar y ella se derrumbó y lloró desesperada.

 Pero Lauran se negó a abortar. "Ésa no era para mí una solución". Siguió manteniendo la violación en secreto y se dejó de hablar con su padre. Como éste vio que seguía firme en su decisión de no abortar le propuso, tras la primera ecografía de la semana doce, dar al bebé en adopción. Pero cuando salían de la consulta médica un voluntario provida le regaló un clavel y el texto de Jeremías 29,11: " Porque yo sé los planes que tengo con ustedes-oráculo de Yahveh- planes de felicidad y no de calamidad, de darles un porvenir de esperanza".

La joven madre interpretó el versículo como una señal de Dios y decidió que se quedaría con su bebé. No sabía cómo lo haría pero estaba segura de que ése era el plan que Dios tenia para ella. También tuvo la valentía de contar a sus padres la manera en que había concebido a  su hija y empezó a tener más apoyo por su parte.

La fuerza de la fe

" Cuando decidí absndonarme en Dios  noté que mi fe aumentaba. Hasta ese momento yo no me había fiado y, sin Él a mi lado, no iba a conseguir hacer nada. Rompí definitivamente con mi novio y terminé aquel curso porque sabía que tenía que hacerlo".

A pesar de lo duro que fue, Lauran se graduó y una semana y media después dio a luz a su hija Isabella. Hoy, tiene 5 años y es la alegría de sus abuelos y de su madre que trabaja de niñera. "Isabella y su abuelo se llevan muy bien. Dios cambió el corazón de mi padre a través de ella", comenta Lauran.

"Isabella sabe que tiene un padre por ahí pero que Dios es su mejor Padre y que es lo mejor que jamás podrá tener. Incluso me lo recuerda, que yo soy la mejor madre y Jesús el mejor padre. Yo no sabía cómo sería ser una madre soltera pero Isabella es una niña muy despierta y viva y siempre está dispuesta a animarme'.

Lauran e Isabella han dado si testimonio en el escenario público político y buscan salvar las vidas de niños no nacidos y ayudar a víctimas de violaciones. Ella quiere transmitirnos que, si se pone a Dios en primer lugar, antes que cualquier otra cosa y se confía en Él se recibe todo lo necesario.

"El Señor es fiel. Éste es el trance más duro que he tenido que pasar en mi vida pero no lo cambiaría por nada", finaliza Lauran.

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