Sunday, August 18, 2019

Todavía la echo de menos y era tan preciosa

Hoy mi hija Cassie (Cassandra Grace) cumpliría 19 años. Ya he llorado varias veces hoy. ¡Todavía la echo de menos y era tan preciosa!


Cassie nació con  Síndrome #DiGeorge. Pasó 12 días en el Hospital de Niños de Detroit y 21 días en nuestra casa, cada momento fue toda una vida y los valoré  porque sabía que ella era  una bendición.

Su madre biológica abortó dos veces antes de su nacimiento pero dijo que era lo peor que había hecho en su vida y que no podía volver a pasar por eso. Lynn tenía 34 años cuando nos conocimos y acababa de descubrir que estaba embarazada de  2 meses. Adoptamos a nuestro hijo Caleb al nacer, pocos días después de conocer a Lynn. Pero ella quería que adoptáramos también a su hija, a pesar de que sólo se llevarían  7 meses (al final, sólo se llevaron 6 meses). 

Lynn y yo nos hicimos buenas amigas durante su embarazo. Estuve en dos ultrasonidos. ¡En el primero, supimos que era una niña! Pero también nos dijeron que podría haber algo mal en su corazón, aunque estaba de lado y no podían verlo bien. Por supuesto, Bob y yo le aseguramos a Lynn que no nos importaba y que amaríamos a Cassie incondicionalmente y la adoptaríamos sin importar su salud. Así que volvimos dos semanas después. Tenían una mejor visión en la pantalla y dijeron que su corazón se veía bien. Esto fue una bendición y garantizó que Lynn no se estresase durante el embarazo al preocuparse por la salud del bebé Cassie.



Pudimos ayudar a Lynn de muchas maneras. Conseguimos un grupo de voluntarios de nuestra iglesia para hacer un proyecto de renovación en su casa. Era muy necesario para ella y su hijo de 12 años desde que se divorció de su marido abusivo dos años antes. Él era tan cruel que un equipo del SWAT tuvo que rescatarla cuando él  la retenía a punta de pistola. Lynn estaba sorprendida de que tanta gente se preocupara por ella. Mientras se realizaba el proyecto de limpieza, se rebentó una lata de gas lacrimógeno que su ex esposo había escondido en el establo y el departamento de bomberos tuvo que venir. Nos dio a todos una  visión real de cuánto había sufrido en su vida y agradecimos poder ayudarla.

Tres semanas antes de su fecha estimada de parto , mi esposo y yo íbamos a volar a Boston para asistir a la boda de su hermano. Lynn nos dijo que aunque su médico decía que no, ella  sentía que el bebé iba a venir cualquier día, así que me quedé en casa y, efectivamente, ¡rompió aguas esa noche! Llevé a Lynn al hospital y pasamos la noche juntas en la Unidad de maternidad, y ambas descansamos lo mejor que pudimos. Temprano en la mañana, Lynn le pidió a la enfermera que revisara su cuello uterino nuevamente, pero la enfermera se negó porque una hora antes no estaba muy dilatada. Pero Lynn le dijo a la enfermera que necesitaba empujar y la enfermera le advirtió que no lo hiciera o podría causar problemas. Momentos después, en la habitación con poca luz, Lynn gritó: "¡Tengo que empujar, busca al médico!" Corrí hacia la puerta, grité: "Viene el bebé", volví a su lado justo en el momento que Lynn empujó y escuché un sonido POP y Cassie salió disparada como un cañón, ¡aterrizando sobre la mesa! Apenas podía notar como se movía  debajo de las sábanas. Nunca antes había estado en una sala de partos, ¡pero estaba bastante segura de que eso no debería haber sido así! ¡Gracias a Dios que no había aterrizado en el suelo! Las enfermeras  corrieron a la habitación, encendieron las luces y se llevaron a Cassie para  limpiarla, mientras decían cosas como "¡Guau, esto nunca sucede!" Trajeron a Cassie de vuelta artopada. Lynn la abrazó, le dio besos y luego me la entregó. Era tan pequeña, solo 4 libras, con una cabeza llena de cabello oscuro.

Las enfermeras explicaron que Cassie tenía varias anomalías que sugerían algún tipo de síndrome: medios meñiques adicionales en cada mano, un ojo nublado, la boca torcida cuando lloraba, el ano imperforado, subluxación de las caderas. ¡Pero todas esas cosas me hicieron amarla más! Las enfermeras me dieron  un biberón y cuando empecé a alimentar a Cassie se puso azul, y pude ver por las reacciones de las enfermeras que esto era realmente grave y las enfermeras rápidamente la llevaron a la UCIN.  Nos dijeron que necesitaría ser trasladada al Hospital de Niños.

Cómo Lynn tuvo un parto relativamente fácil, el médico dijo que podría ser dada de alta ese mismo  día e ir conmigo a Detroit al otro hospital, ¡fue una bendición! 

Mientras tanto, Bob estaba  en la boda de su hermano y rápidamente  voló a casa, sin saber si Cassie sobreviviría a ese día. Me dijo que le pedía  a Dios  que sólo pudiera ver sus ojos. Cuando entró en la UCIN, las enfermeras le explicaron que estaba durmiendo y que aún no había abierto los ojos. ¡Pero cuando se acercó a su lado, Cassie de repente abrió los ojos para él! Luego, secándose las lágrimas, me contó su oración contestada, y nos abrazamos y lloramos. Luego oramos y agradecimos a Dios por la vida de Cassie. Todos los médicos y enfermeras decían cuán afortunada era Cassie por tenernos, ¡pero realmente fuimos nosotros los afortunados!



Hoy  hace 19 años de su nacimiento y nunca olvidaré los preciosos e inolvidables momentos del día en que nació nuestra irreemplazable Cassie. No planeaba escribir todo esto hoy, pero me ha salido, sin más. En 19 años, ésta es la primera vez que realmente escribo su historia. No es fácil. Me duele el corazón ... Pero estoy agradecida de que haya vivido y pueda ser su mami, aunque sólo fuera 33 días.

Nota: Rebecca Kiessling es esposa y madre de cinco hijos, dos de ellos adoptados. Fue concebida en una violación y es presidenta de la Organización Pro Vida Salvar El 1 (Save The 1). Es editora del libro "Cada vida importa: testimonios pro vida".

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