Mujer nigeriana madre como consecuencia de una violación: "Mi hijo es el regalo más dulce que me ha dado la vida".
Por Betty Esene
Fui violada de camino a un examen. Tras el incidente, me convencí a mi
misma de que no había pasado nada y seguí adelante. Esto es lo que me
quería creer hasta que, al mes, supe que estaba embarazada y entonces
todo se torció. Me odiaba a mi misma, odiaba lo que había ocurrido pero,
sobre todo, odiaba al bebé que esperaba. Mi primera idea fue la de
abortar. Yo era una muchacha joven con ansias de mejorar mi propio
futuro y el de mi familia. "Este niño arruinará para siempre mis
aspiraciones y mis metas", pensé.
Busqué con insistencia a alguien que financiara mi aborto pero no lo
encontré. Incluso empecé a ingerir fuertes drogas desde el primer mes de
embarazo hasta el séptimo pero el bebé se resistía a morir. Pensé en
suicidarme muchas veces pero, por aquel entonces, mi madre enfermó de
gravedad y yo era una gran ayuda para ella.
Mantuve la gestación en secreto durante 7 meses . Solía golpear mi
vientre con violencia cuando nadie me veía y le gritaba al bebé:" ¡Muere
o desaparece pero no te quiero a mi lado!". Estaba muy deprimida y
traumatizada y viví una agonía de 7 meses hasta que le conté a mi
familia qué ocurría. Tuve el apoyo de mi madre y de una ONG de mi país,
Nigeria, y di a luz al niño.
El parto fue complicado pero en el momento que lo sostuve en mis brazos
sentí una gran paz interior. Ahora lo miro y me pregunto cómo pude
plantearme rechazar una bendición tan grande. Es el regalo más dulce y
maravilloso que me ha dado la vida. Su sonrisa me da una razón par ser
valiente y seguir adelante. Él capta mi estado de ánimo a la primera y
nuestra complicidad es muy grande. Hoy tiene cinco años y preferiría
estar en la calle que darlo en adopción. No lo veo como el producto de
una violación sino como un don de la Providencia.
La gente debe entender que Dios no manda al violador. Todos somos
libres en nuestro proceder y a veces se sirve de situaciones dolorosas
para hacer algo bueno: el bebé. Yo no juzgo a una joven chica por querer
abortar o por hacerlo porque yo misma estuve en esa tesitura pero
pienso que hay que ver al niño como el hijo de la víctima y no como el
hijo del violador. Y, como ser humano que es, tiene unos derechos y una
misión en esta vida.
Seamos claros: El niño no tiene culpa de lo ocurrido y tiene derecho a
vivir. A todos los niños les espera una vida que deben vivir y un gran
futuro porque están creados por Dios y Él no los habría hecho si no
fuera así. No son el producto de una violación sino Hijos de Dios. Él
los creó con una intención, como a mi hijo.
BIO: Betty E. es planificadora de eventos y maquilldora, de Nigeria, miembro y bloguera en Save the 1.
Ayuda y anima a mujeres que han concebido un hijo en una violación.
Thursday, November 12, 2015
Tuesday, September 15, 2015
POCOS CONOCEN MI HISTORIA
por Merche
Pocos conocen mi historia.
Mi madre fue muy buena murió con 84 años y nunca perdió un aire de inocencia que la caracterizaba junto con su bondad y servicio aun cuando tuvo varios hijos de diferente hombres.
Yo fui la última de sus 9 hijos.
Estando casada con el que yo creía ser mi papá fui concebida en una infidelidad .
Mi mamá me contaba que su embarazo fue muy difícil porque tenia 46 años y le daba vergüenza salir, (ella vivía en un rancho)
No fui planeada ni deseada pero sí muy bien aceptada por todos.
Por ser la más chica fui muy protegida y querida. Fue un secreto muy bien guardado, mi origen.
Pero como dice la escritura, no hay nada oculto bajo el sol.
Aunque no sabía con certeza la verdad había cosas que me indicaban que había algo oculto.
Ya estando casada y con mi tercer hijo (tengo 6 y lo digo con mucho orgullo) supe la verdad.
En un principio, fue un dolor muy grande, sentí mucho coraje con mi mamá y me porté mal con ella pero nunca le dije lo que me pasaba.
Soy una mujer de fe y logré perdonarla antes de que falleciera.
Ahorita, estoy infinitamente agradecida por vivir.
Que fácil hubiera sido abortarme ya tenia ella 8 hijos de diferentes hombres, vivía en pobreza, casi creo que extrema y aparte tenía 46 años.
Que escándalo en el rancho en el que vivíamos.
Para cualquiera que caso tenía la vida de una niña más.
Pero para Dios si tenía caso, Él tenía un plan para mí.
Porque como dice el profeta Jeremías: antes de concebirte en el seno de tu madre ya te conocía.
Ahorita soy feliz de existir y que mi mamá me dejó nacer.
Mis 6 hijos son muy buenos.
El mayor es un gran artista.
Tengo un hijo en el seminario que si se consagra como sacerdote está de más decir su aportación a la humanidad y si no se consagra ya ha alegrado muchos corazones rotos y encaminado a varias almas a Dios y los otros 4 todos pertenecen a grupos juveniles en donde aportan mucho porque son coordinadores o dirigentes de grupos dentro de la iglesia (además de estudiar).
Y en sus escuelas, se distinguen porque aportan valores .
Doy gracias infinitas por existir.
¿En dónde estarían mis hijos si yo no existiera? Habría huecos en la vida de quienes nos rodean.
Verdaderamente, Dios escribe derecho en renglones chuecos.
Cuanto desearía poder acercarme a mis otros hermanos, los hijos de mi papa verdadero.
Sólo tengo contacto con uno y hemos aprendido a querernos.
Pero anhelo abrazar a los demás.
Pido a Dios que un día me lo conceda.
A lo mejor no he hecho algo extraordinario pero,dentro de lo ordinario, justifico claramente mi existencia.
Yo coordino un grupo de mamás.
Estoy en un grupo de retiros de evangelización y las mamás que quieren seguir con su catequesis y evangelizacion yo las coordino.
No sé qué les parece mi historia.
No sé si sirva para ayudar a alguien a seguir con su embarazo aun cuando sea producto de una infidelidad.
Mi papá de crianza fue un hombre maravilloso nunca recibí un mal trato de él.
Fueron unos excelentes abuelos, mis hijos los recuerdan con mucho cariño.
Mis papas me decían que mis hijos hicieron feliz su vejez.
Me cuesta contar mi historia porque no quiero que nadie juzgue a mi mama.
Con el hecho de darme la vida para mí es digna de todo respeto y pido a Dios que esté en la gloria como es el deseo de Dios. Que todo hombre se salve.
Gracias .
Paz y bien para Uds.
Pocos conocen mi historia.
Mi madre fue muy buena murió con 84 años y nunca perdió un aire de inocencia que la caracterizaba junto con su bondad y servicio aun cuando tuvo varios hijos de diferente hombres.
Yo fui la última de sus 9 hijos.
Estando casada con el que yo creía ser mi papá fui concebida en una infidelidad .
Mi mamá me contaba que su embarazo fue muy difícil porque tenia 46 años y le daba vergüenza salir, (ella vivía en un rancho)
No fui planeada ni deseada pero sí muy bien aceptada por todos.
Por ser la más chica fui muy protegida y querida. Fue un secreto muy bien guardado, mi origen.
Pero como dice la escritura, no hay nada oculto bajo el sol.
Aunque no sabía con certeza la verdad había cosas que me indicaban que había algo oculto.
Ya estando casada y con mi tercer hijo (tengo 6 y lo digo con mucho orgullo) supe la verdad.
En un principio, fue un dolor muy grande, sentí mucho coraje con mi mamá y me porté mal con ella pero nunca le dije lo que me pasaba.
Soy una mujer de fe y logré perdonarla antes de que falleciera.
Ahorita, estoy infinitamente agradecida por vivir.
Que fácil hubiera sido abortarme ya tenia ella 8 hijos de diferentes hombres, vivía en pobreza, casi creo que extrema y aparte tenía 46 años.
Que escándalo en el rancho en el que vivíamos.
Para cualquiera que caso tenía la vida de una niña más.
Pero para Dios si tenía caso, Él tenía un plan para mí.
Porque como dice el profeta Jeremías: antes de concebirte en el seno de tu madre ya te conocía.
Ahorita soy feliz de existir y que mi mamá me dejó nacer.
Mis 6 hijos son muy buenos.
El mayor es un gran artista.
Tengo un hijo en el seminario que si se consagra como sacerdote está de más decir su aportación a la humanidad y si no se consagra ya ha alegrado muchos corazones rotos y encaminado a varias almas a Dios y los otros 4 todos pertenecen a grupos juveniles en donde aportan mucho porque son coordinadores o dirigentes de grupos dentro de la iglesia (además de estudiar).
Y en sus escuelas, se distinguen porque aportan valores .
Doy gracias infinitas por existir.
¿En dónde estarían mis hijos si yo no existiera? Habría huecos en la vida de quienes nos rodean.
Verdaderamente, Dios escribe derecho en renglones chuecos.
Cuanto desearía poder acercarme a mis otros hermanos, los hijos de mi papa verdadero.
Sólo tengo contacto con uno y hemos aprendido a querernos.
Pero anhelo abrazar a los demás.
Pido a Dios que un día me lo conceda.
A lo mejor no he hecho algo extraordinario pero,dentro de lo ordinario, justifico claramente mi existencia.
Yo coordino un grupo de mamás.
Estoy en un grupo de retiros de evangelización y las mamás que quieren seguir con su catequesis y evangelizacion yo las coordino.
No sé qué les parece mi historia.
No sé si sirva para ayudar a alguien a seguir con su embarazo aun cuando sea producto de una infidelidad.
Mi papá de crianza fue un hombre maravilloso nunca recibí un mal trato de él.
Fueron unos excelentes abuelos, mis hijos los recuerdan con mucho cariño.
Mis papas me decían que mis hijos hicieron feliz su vejez.
Me cuesta contar mi historia porque no quiero que nadie juzgue a mi mama.
Con el hecho de darme la vida para mí es digna de todo respeto y pido a Dios que esté en la gloria como es el deseo de Dios. Que todo hombre se salve.
Gracias .
Paz y bien para Uds.
Tuesday, August 18, 2015
EN LA OSCURIDAD Y SOLA
por Cecilia E. Rdguez. Galván.
“El camino que seguía era siempre el
mismo. Eso me daba cierta seguridad y me sentía confortada por el aroma a
flores que en primavera llenaba la atmósfera... No podría haber imaginado lo
que pasaría. Caminaba sin prisas, como siempre; observando el paisaje y a la
gente…cuando un golpe, como de relámpago, me nubló la vista, una mano fuerte y
fría rápidamente me hizo ir unos pasos hacia atrás, tropezando con mis propios
pies. Un olor, un olor que se impregnó en mi misma y unos ojos rojos,
embravecidos, de bestia, que me miraban sin mirarme y me atravesaban como un cuchillo,
la boca abierta…la rabia en su mirada…y una voz, un bramido, un rugido…era una
bestia.
Con fuerza, me sometió con un cuchillo
al cuello; traté de liberarme de esa bestia con todas mis fuerzas. Una mano
sudorosa me cortaba la respiración y el habla, no podía contra tal fuerza y la bestia
disfrutaba el esfuerzo, como si eso quisiera. Me traspasó con terrible dolor, me
torturó, me utilizó, me corrompió. Descargó sus más bajos instintos sobre mí…
De proporción inmensa, dejó en mí cicatrices imborrables, heridas que no sanan,
la locura por dentro, poseída por tal ira me convertí en quien no era.
Ahora, esa ira era parte de mí.
El tiempo no sanó sino los huesos, las
heridas superficiales. El tiempo pasaba sin pasar, los segundos y minutos no se
detenían y tampoco avanzaban, la vida estaba estancada… lo sabía, el torturador
había hecho un daño profundo, uno que no era perceptible a simple vista. Mis
sueños, mi tranquilidad, mis pasos no eran ya los mismos, caí en una profunda
depresión, sin luz, sin retorno, sin salida.
Pero el monstruo no me había dejado
del todo ese día, me perseguía en sueños, en voces y olores que sólo yo
percibía, su mirada, esos ojos podía verlos en todos. En
todos…hasta en mi misma. La locura llegó a tal extremo que sentía crecer dentro
de mí a mi atacante, lo sentía, oía latir su corazón, estaba al borde de la
locura, no encontraría paz hasta deshacerme de “eso” que me mantenía atada a
ese monstruo. Decidida, tomé la decisión, no había cordura en ella, la perdí
ese día, la perdí junto con mis sueños y planes, con mi alegría, con la
seguridad de mi vida; ahora todo era oscuro, todo era sombrío, nada parecía
correcto, nada parecía perfecto, el aire faltaba.
Estaba segura que necesitaba sacar de
dentro de mi “aquello” que crecía sin mi permiso, sin mi conciencia, busqué
terminar de cualquier forma con “eso” y decidí envenenarle. Sin embargo, su fuerza
era mayor y no logré mi cometido. Traté diferentes formas, ninguna
funcionó, parecía estar aferrado a mí, sepultado conmigo; respiraba conmigo, en
tanto yo no muriera, “eso” tampoco lo haría…y sin embargo, cada vez que
intentaba un truco nuevo era yo la que moría un poco…¡ayuda!, la ayuda que
busqué ese día y que nadie me brindó, eso era lo que necesitaba, la encontraría
ahora, la encontraría…
¡Eso! Un especialista de bata blanca,
con limpias manos e instrumentos, en un ambiente seguro y con voz tranquila,
uno de los “buenos”. Acudí ahí donde me ofrecían la paz que buscaba a
costa de un precio. Ni medí los ceros, pues cualquier precio era poco para
recuperar algo de lo perdido.
Llegué puntual a la cita, me calmó la
seguridad de las personas que me miraban satisfactoriamente por la decisión que
tomaba. Estaba convencida, era necesario sacar “eso” de mí, que crecía y crecía
y que me enloquecía un poco más cada día…era urgente actuar ya.
El olor ahora era distinto, pero mi
corazón latía tan rápido como en aquella terrible hora. Mi respiración
aumentaba y el sudor se hace presente… “tranquila, tranquila que pronto pasa”.
El especialista llegó con una sonrisa,
una bata inmaculada y acompañado de otras personas de mirada extraña.
Empezó todo demasiado aprisa, no había tiempo que perder, tomé la
decisión un poco tarde, pero “nada pasaría” según me explicaron antes. Un
poco de dolor, nada comparable, esperar un poco, yo miraba el reloj, el
movimiento de sus manecillas. Escuchaba el tic-tac de su avance, nada pasó,
nada, ¿Qué sucede? No ha sido suficiente, el dolor que traspasaba mi alma se convertía
en angustia, mi corazón más rápido, tic-tac del reloj, miradas extrañas, “no
importa, haremos alguna otra cosa, tu tranquila”… sentí las convulsiones, el
retorcerse de su cuerpo lastimado, de repente un dolor, como de rayo, lo
conozco, lo sentí antes. ¿Qué sucede? Ahora los instrumentos, el sonido, el
olor, las voces, con rapidez asombrosa penetraron en su espacio, en su intimidad,
lo torturaron, lo asustaron, tic-tac más rápido, angustia, ¿Por qué siento
angustia? Una máquina, con la frialdad de esa máquina le destrozaron, poco a
poco y sin remordimiento en sus miradas, una sonrisa. La sangre brotaba
sin pausa, las armas del homicidio fueron dejadas a un lado, todo había
concluido.
Impecables en su vestir, los tres
salieron sin mancha, dejaron la habitación con el olor a sangre, y a la vista
sólo un cubo con bolsas negras en su interior, no había testigos, no había
cadáver. No había tic-tac…aunque el reloj seguía en su avance implacable.
Se fueron, me quedé ahí, aterrada, la
cordura volvió a mí en un momento inadecuado, ¿Qué hice? Me convertí en
victimario, soy el monstruo y no la víctima, el inocente fue asesinado.
Cerrada en el dolor que me poseía no fui capaz de ver la realidad en su
dimensión, estaba oscurecida por la ira, y la prisión que me encierra ahora es
peor: soy yo misma.
El olor del monstruo ya se ha ido, sus
ojos he olvidado, no recuerdo ni su peso ni su talla, hay un único sonido que
no logro borrar de mi mente y de mi corazón: el tic-tac que se apagó con
esa máquina
La mano que me asfixiaba no era mía,
era un monstruo que me poseía, la mano que pagó el asesinato del inocente la
conozco, la veo cada día, la recuerdo entregando cada céntimo, yo firmé por un
asesinato, y sigo pagando el precio a cada instante.
He caminado nuevamente por los
senderos conocidos, esperando a que el monstruo ataque de nuevo, quizá, sólo
quizá podría saldar mi cuenta con el inocente.
El agresor y el cómplice especialista
siguen libres, yo me encuentro encerrada en la cárcel de mi vida. La pena es
perpetua, nadie puede liberarme, ahora lo sé, ni yo misma. Cuando la locura me visita,
me concentro para recordar aun por un momento: tic-tac, no de un reloj, sino de
una vida.
La culpa la llevo yo en soledad
profunda, y por ello puedo decirte, no firmes, no pagues, no te vuelvas
victimario, no eres juez, sólo víctima, el verdugo deberá pagar su culpa. El
olor del monstruo se olvida, el silencio de la muerte, de un aborto nada lo
quita.”
Saturday, August 1, 2015
EL ABORTO FUE PEOR QUE LA VIOLACIÓN
por Tammy
A la edad de 16 años, salí con mi primer novio. Era un chico popular que jugaba a fútbol y me emocioné. Comimos juntos, vimos una película y como todavía tenía tiempo conduje por nuestra zona rural un rato. Visitamos los establos de la familia y estuvimos con los caballos. Pero mi primera cita se convirtió en una pesadilla cuando él me violó en un granero.
No se lo conté a nadie porque él enseguida me amenazó diciendo que si lo contaba haría mi vida y la de mis seres amados desgraciada. A las dos semanas se lo conté a un amigo pero por entonces él ya había ido difundiendo su versión de los hechos y nadie me apoyaba, así que decidí olvidarlo y seguir adelante.
No pensé mucho en que podía haber quedado embarazada hasta que empecé a notar los primeros síntomas y me hice una prueba de embarazo en el aseo de una gasolinera. No quería que nadie supiera nada. Antes de hacerla ya tenia pensado qué haría si daba positiva y me había buscado ya el teléfono de una clínica donde me aconsejarían. Efectivamente, dio positiva y yo me enojé con Dios que había permitido no sólo la violación sino el embarazo.
Desde el teléfono público llamé a la clínica y me dieron hora enseguida. Decidí que nadie lo supiera, ni padres ni amigos y fui a la clínica a la espera de conseguir que me visitaran ese mismo día.
Fueron muy amables conmigo y me explicaron todo lo referente a la vida y al embarazo. Pero sólo hacían ecografías ciertos días y hubiese tenido que volver. Les dije llorando que estaba muy asustada y que no sabía qué hacer y me respondieron que, aún si decidía abortar, siempre tendría las puertas abiertas. Aún hoy, 17 años después, mantengo relación con uno de los consejeros.
Asustada por el bulo que el padre de mi bebé estaba extendiendo y con terror a quedar en evidencia me dirigí a una clínica abortista. Era lo opuesto a la anterior clínica que era acogedora y cálida. Ésta era fría y la gente que esperaba no se miraba las una a la otra. La recepcionista hablaba en voz alta por lo que no existía ninguna privacidad. Me dijo que ese día no me podían atender pero yo rogué y rogué porque no me podía perder un día más de colegio. Así que la convencí y entré de inmediato.
No hubo preguntas, ni les importó que estuviera sola. Sólo querían saber si tenia dinero para pagar. Fue una experiencia peor que la violación. Me iba convenciendo a mí misma de que lo que hacía estaba bien porque el niño era fruto de una violación. Me enojé con Dios. Yo sabía que en mi seno había un bebé y que la vida empieza con la concepción pero a mis 17 años, ni lo consideré.
No me dejaron ver la ecografía mientras abortaba y me dijeron que estaba de 14 o 16 semanas. Pero por error escuché el latido del corazón de mi bebé. Le pedí entonces al médico que parase, que no quería abortar, pero me dijo que ya era demasiado tarde. Me dieron un Valium y tras el aborto me dieron prisa para que me vistiese y me marchara ya que necesitaban mi lugar pata otra. No se preocuparon de nada. Ni si me encontraba bien, ni si podía conducir, nada.
Me pasé dos horas llorando en mi coche. Realmente, no estaba bien para conducir. Dialogaba conmigo misma y me justificaba diciendo que había hecho lo que debía. Pero mi conciencia me alertaba de que había asesinado a no hijo y me repetía continuamente si yo era de verdad cristiana.
Durante muchos años oculte mi dolor y mi trauma. En la universidad tuve un desorden alimentario y aún no sé cómo sobreviví. Seguía frecuentando la iglesia pero me sentía vacía y muerta. Me preguntaba cómo Dios podía perdonarme por haber asesinado a mi hijo.
Con esfuerzo superé mi anorexia y dejé la bebida. Trabajé para superar la violación pero siempre obvié el tema del aborto. Incluso mi terapeuta llegó a decirme en algún momento que hice lo adecuado al abortar.
Conocí a un chico en la iglesia y decidimos abstenernos de tener relaciones sexuales hasta la noche de bodas. Quería hacer las cosas bien. Pero pasaba el tiempo y yo todavía tenía resquicios de mi anorexia y depresión.
Siempre había querido trabajar apoyando a las muchachas que se quedan embarazadas como voluntaria. Un día se lo comenté al pastor de la iglesia y él me dijo que el centro más cercano que él conocía estaba a más de una hora. Me animó a que lo empezara yo en nuestra zona pues era muy necesario. Me animé y entonces empecé a estudiar y leer por mi cuenta todo lo relativo a la gestación y a la depresión post aborto y me di cuenta que éste esta mi problema real y que por él había sufrido tanto.
Hace un par de años entré en un grupo de terapia post aborto en la que me ayudaron a aceptar lo que había hecho y a pedir perdón. Por fin he superado mi anorexia. A veces aún me deprimo pero salgo adelante y no me afecta en el día a día. En nuestro centro local de ayuda a la mujer gestante llevo un grupo post aborto y ayudo a estas mujeres que han abortado en su proceso de sanación.
Quiero decirles que el aborto no es nunca la solución y sólo hace que una situación difícil aún sea peor. Mientras abortaba yo preguntaba qué pasaría después pero nadie me respondió. Querían ir rápidos por si cambiaba de parecer. Durante años tenía ataques de pánico cada vez que escuchaba algo parecido al latido de un corazón. Sólo con los años, cuando estuve ya casada y embarazada de mi primer hijo hice la conexión entre el tic tac y mi miedo.
Hasta que entré en el grupo post aborto no superé mi problema y cuantas veces sentí que me iba a suicidar. Pensaba que no merecía vivir ni ser feliz por lo que hice. Y de hecho, me intenté matar en alguna ocasión.
Quiero contar lo que sufrí con la violación pero mucho más con los posteriores años de remordimientos. Me justificaba por la violación pero sabía que había matado una vida dentro de mí. El dolor de asesinar a un hijo concebido en una violación es el mismo que el de cualquier otro aborto. Lo he observado en nuestro centro local de ayuda a la mujer embarazada.
Mi empeño ahora es que los casos de embarazo consecuencia de una violación no sean la excusa para legalizar el aborto. No hay día que no piense en ese hijo que aborte al igual que pienso en los que tengo. Pienso que podría haberla dado en adopción pero lo que tengo claro es que su vida tuvo un sentido y su importancia. Si yo estoy aquí en el frente provida y ayudando a embarazadas es gracias a ese bebé que aborté y al que nunca olvidaré.
Tammy esta casada y tiene dos hijos. Es coordinadora del Ministerio post aborto y voluntaria en un centro de recursos para el embarazo. Ahora bloguera también de Save the 1.
A la edad de 16 años, salí con mi primer novio. Era un chico popular que jugaba a fútbol y me emocioné. Comimos juntos, vimos una película y como todavía tenía tiempo conduje por nuestra zona rural un rato. Visitamos los establos de la familia y estuvimos con los caballos. Pero mi primera cita se convirtió en una pesadilla cuando él me violó en un granero.
No se lo conté a nadie porque él enseguida me amenazó diciendo que si lo contaba haría mi vida y la de mis seres amados desgraciada. A las dos semanas se lo conté a un amigo pero por entonces él ya había ido difundiendo su versión de los hechos y nadie me apoyaba, así que decidí olvidarlo y seguir adelante.
No pensé mucho en que podía haber quedado embarazada hasta que empecé a notar los primeros síntomas y me hice una prueba de embarazo en el aseo de una gasolinera. No quería que nadie supiera nada. Antes de hacerla ya tenia pensado qué haría si daba positiva y me había buscado ya el teléfono de una clínica donde me aconsejarían. Efectivamente, dio positiva y yo me enojé con Dios que había permitido no sólo la violación sino el embarazo.
Desde el teléfono público llamé a la clínica y me dieron hora enseguida. Decidí que nadie lo supiera, ni padres ni amigos y fui a la clínica a la espera de conseguir que me visitaran ese mismo día.
Fueron muy amables conmigo y me explicaron todo lo referente a la vida y al embarazo. Pero sólo hacían ecografías ciertos días y hubiese tenido que volver. Les dije llorando que estaba muy asustada y que no sabía qué hacer y me respondieron que, aún si decidía abortar, siempre tendría las puertas abiertas. Aún hoy, 17 años después, mantengo relación con uno de los consejeros.
Asustada por el bulo que el padre de mi bebé estaba extendiendo y con terror a quedar en evidencia me dirigí a una clínica abortista. Era lo opuesto a la anterior clínica que era acogedora y cálida. Ésta era fría y la gente que esperaba no se miraba las una a la otra. La recepcionista hablaba en voz alta por lo que no existía ninguna privacidad. Me dijo que ese día no me podían atender pero yo rogué y rogué porque no me podía perder un día más de colegio. Así que la convencí y entré de inmediato.
No hubo preguntas, ni les importó que estuviera sola. Sólo querían saber si tenia dinero para pagar. Fue una experiencia peor que la violación. Me iba convenciendo a mí misma de que lo que hacía estaba bien porque el niño era fruto de una violación. Me enojé con Dios. Yo sabía que en mi seno había un bebé y que la vida empieza con la concepción pero a mis 17 años, ni lo consideré.
No me dejaron ver la ecografía mientras abortaba y me dijeron que estaba de 14 o 16 semanas. Pero por error escuché el latido del corazón de mi bebé. Le pedí entonces al médico que parase, que no quería abortar, pero me dijo que ya era demasiado tarde. Me dieron un Valium y tras el aborto me dieron prisa para que me vistiese y me marchara ya que necesitaban mi lugar pata otra. No se preocuparon de nada. Ni si me encontraba bien, ni si podía conducir, nada.
Me pasé dos horas llorando en mi coche. Realmente, no estaba bien para conducir. Dialogaba conmigo misma y me justificaba diciendo que había hecho lo que debía. Pero mi conciencia me alertaba de que había asesinado a no hijo y me repetía continuamente si yo era de verdad cristiana.
Durante muchos años oculte mi dolor y mi trauma. En la universidad tuve un desorden alimentario y aún no sé cómo sobreviví. Seguía frecuentando la iglesia pero me sentía vacía y muerta. Me preguntaba cómo Dios podía perdonarme por haber asesinado a mi hijo.
Con esfuerzo superé mi anorexia y dejé la bebida. Trabajé para superar la violación pero siempre obvié el tema del aborto. Incluso mi terapeuta llegó a decirme en algún momento que hice lo adecuado al abortar.
Conocí a un chico en la iglesia y decidimos abstenernos de tener relaciones sexuales hasta la noche de bodas. Quería hacer las cosas bien. Pero pasaba el tiempo y yo todavía tenía resquicios de mi anorexia y depresión.
Siempre había querido trabajar apoyando a las muchachas que se quedan embarazadas como voluntaria. Un día se lo comenté al pastor de la iglesia y él me dijo que el centro más cercano que él conocía estaba a más de una hora. Me animó a que lo empezara yo en nuestra zona pues era muy necesario. Me animé y entonces empecé a estudiar y leer por mi cuenta todo lo relativo a la gestación y a la depresión post aborto y me di cuenta que éste esta mi problema real y que por él había sufrido tanto.
Hace un par de años entré en un grupo de terapia post aborto en la que me ayudaron a aceptar lo que había hecho y a pedir perdón. Por fin he superado mi anorexia. A veces aún me deprimo pero salgo adelante y no me afecta en el día a día. En nuestro centro local de ayuda a la mujer gestante llevo un grupo post aborto y ayudo a estas mujeres que han abortado en su proceso de sanación.
Quiero decirles que el aborto no es nunca la solución y sólo hace que una situación difícil aún sea peor. Mientras abortaba yo preguntaba qué pasaría después pero nadie me respondió. Querían ir rápidos por si cambiaba de parecer. Durante años tenía ataques de pánico cada vez que escuchaba algo parecido al latido de un corazón. Sólo con los años, cuando estuve ya casada y embarazada de mi primer hijo hice la conexión entre el tic tac y mi miedo.
Hasta que entré en el grupo post aborto no superé mi problema y cuantas veces sentí que me iba a suicidar. Pensaba que no merecía vivir ni ser feliz por lo que hice. Y de hecho, me intenté matar en alguna ocasión.
Quiero contar lo que sufrí con la violación pero mucho más con los posteriores años de remordimientos. Me justificaba por la violación pero sabía que había matado una vida dentro de mí. El dolor de asesinar a un hijo concebido en una violación es el mismo que el de cualquier otro aborto. Lo he observado en nuestro centro local de ayuda a la mujer embarazada.
Mi empeño ahora es que los casos de embarazo consecuencia de una violación no sean la excusa para legalizar el aborto. No hay día que no piense en ese hijo que aborte al igual que pienso en los que tengo. Pienso que podría haberla dado en adopción pero lo que tengo claro es que su vida tuvo un sentido y su importancia. Si yo estoy aquí en el frente provida y ayudando a embarazadas es gracias a ese bebé que aborté y al que nunca olvidaré.
Tammy esta casada y tiene dos hijos. Es coordinadora del Ministerio post aborto y voluntaria en un centro de recursos para el embarazo. Ahora bloguera también de Save the 1.
Saturday, July 25, 2015
¿Por qué soy Pro Vida?: Mi historia
A muchos que no son pro vida les gusta pensar que todos los pro vida somos iguales
y que seguimos ciegamente la causa porque así nos lo han enseñado. Sí, nací y crecí cristiana y
creo en la Biblia y las verdades que contiene dentro de sus muchas páginas,
pero aún cuando las lecciones de vida y la compasión que enseña son la base
principal de mis creencias, hay un lado oscuro que refuerza mi posición sobre
si una mujer debería tener el poder de elegir la vida o la muerte de su hijo
por nacer. Esta es una historia que no suelo compartir por el simple hecho de
que me causa dolor. Es algo en lo que nunca me detengo y ciertamente no es algo para sentirme orgullosa pero
aun así es parte de mi historia y parte de lo que soy y por qué defiendo,
inquebrantablemente, mis convicciones. Quiero
contar mi historia para que pueda llegar a otros que hayan experimentado una circunstancia
similar y tengan vergüenza de sí mismas o miedo de contarle a alguien.
En Enero de 2006 concluía
mi primer semestre en el Centro de Formación Profesional Superior. Habíamos terminado los exámenes finales y
todos estábamos entusiasmados por comenzar el semestre de primavera del nuevo
año. Yo estaba indecisa sobre mi
especialidad, todavía pensando sobre algunas cosas. ¿Sería una de estudiante de
Artes Liberales? ¿Inglés? ¿Historia? Mi
tutor me presionaba para que eligiera, pero yo quería tomar otro semestre para
terminar algunos requisitos generales de grado antes de elegir. "¿Y
si completo un programa de grado y termino odiando el campo que elegí?". Esa tarde, estaba pasando el rato en la
sala de juegos de la cafetería de estudiantes. El gentío de siempre estaba ahí jugando a billar
y fútbol de mesa. Mientras miraba a los
chicos practicar para el próximo torneo de billar, noté una cara desconocida. Decidí presentarme con el extraño curiosamente
atractivo. Era un poco más alto que yo,
pelo rubio ceniza, ojos color avellana, y parecía tener el encanto de un
príncipe. Pronto me enteraría de lo
equivocado de mi ingenua suposición.
Había estado muy
protegida de niña, nunca había tenido novio y me había perdido una gran
cantidad de experiencias sociales que podrían haberme ayudado a evitar
fácilmente este lío en primer lugar. Era
demasiado confiada e inmadura y me encontré en otro estado con un hombre que
apenas conocía, pero pensé que amaba. Anhelando
tener ese sentimiento de ser amada y querida, era obediente y nunca lo
cuestioné. Después de todo, ¿qué podía
hacer? Seguí la corriente, día tras día durante unas
semanas. Él había conseguido un trabajo
en una compañía de suministros médicos y yo cantaba en una banda local en
pequeños conciertos. Un día, estaba
esperando en el estudio garaje a mis compañeros de banda que venían a practicar
y él llegó después de un largo día de
trabajo enojado porque sus colegas supuestamente se estaban comportando como
unos idiotas. Yo nunca lo había visto
tan raro y estaba realmente asustada - sus ojos no se veían bien. Me preguntó dónde estaba la Coca-Cola y le
dije que me había tomado la última, pero que podía ir a comprar más ya que estaba cerca. En lugar de la respuesta afirmativa
que esperaba, me encontré con los vidrios rotos de la taza que tenía en la mano
y tiró al suelo. Antes de que pudiera
dar un paso atrás, él me cogía por la garganta con
un trozo de vidrio y me
gritaba por ser "desconsiderada" y decía
que me iba a hacer "pagar por eso".
Él me hizo pagar por esa simple lata de 300 cc de
refresco con mi virginidad.
No cedí sin
pelear. Le rasguñé la cara y el abdomen
con las uñas, sacándole sangre y arrancando piel. Todavía recuerdo la imagen de su sangre en
mis manos y su gruñido de dolor antes de que me diera un puñetazo en la
cabeza. Él terminó dentro de mí y me
dejó en el suelo. Sentí como si el mundo
diera vueltas. Estaba triste y enojada y...
paralizada. El guitarrista de la banda entró,
lo vio, y lo sujetó mientras que el baterista llamaba a la policía. Mientras el policía lo esposaba, él lloraba
como un niño. Sollozaba, diciendo que quería morirse por lo que había hecho.
Pasó algún
tiempo y me enteré de que no habría cargos en su contra por la violación porque
se equivocaron al no hacerme un kit de violación cuando lo denuncié,
asi que el incidente se consideró un tema de "violencia doméstica". Se le ordenó mantenerse alejado de mí, lo que
no sería un problema, ya que estaba encerrado en un hospital psiquiátrico por
amenazas de suicidio y otros comportamientos inestables. Yo no tenía idea que él debía
tomar medicamentos por varios trastornos, incluyendo trastorno negativista
desafiante y Bi-Polaridad, que fueron parcialmente la causa de su baja
deshonrosa de la Fuerza Aérea. Me odiaba
a mí misma más y más por ser tan confiada mientras se revelaba cada pedacito de
la historia escondida de su vida. Todas
las cosas que me había escondido eran claras señales de alerta que me habrían
alejado si hubiera sabido de ellas. Tenía un historial de asalto físico a mujeres
y era un mentiroso patológico.
Me sentí engañada
y frustrada. Por encima de todo, estaba
asustada porque no tenía a dónde ir. Mis
compañeros de banda me dejaron porque no querían lidiar con el drama, así que
perdí el lugar donde vivía, mi techo. No
podía volver con mi familia porque me fui de casa por un tipo cualquiera que
conocí en la universidad. Me di cuenta
que había cometido un terrible error. Me
las arreglé para hacerme amigos con algunas personas en la costanera y tuve la
fortuna de encontrar sofás para dormir la mayoría de las noches. En mi punto más bajo, dormí detrás de una
galería en el medio del día, ya que todavía estaba peligrosamente frío por la
noche. No comía mucho, excepto lo que
algunas personas tuvieron la amabilidad de compartir con esta cantante de
aspecto enfermizo. Conocí el significado
literal de cantar para comer.
Una cálida tarde
de mayo, mientras caminaba hacia la fuente de agua cerca del parque de diversiones,
me sentí muy mareada, me desmayé y desperté sola en un hospital. Un médico entró con una mirada seria y el
miedo se apoderó de mí. Estaba muriendo?
Estas
embarazada
Sentí que mi
corazón caía en mi estómago y quise vomitar.
Yo sabía cómo se hacen los bebés.
Ese monstruo me había embarazado.
Sin decir una palabra, el doctor me había dejado para pensar en mi menos-que-"bienvenido"
diagnóstico. Mi
mente se sumergió en un frenesí interminable de ideas en espiral así que hice
lo que mis instintos me llevaron a hacer:
caí de rodillas y recé. Le pregunté
a Dios qué hacer, porque yo estaba perdida sin mapa ni brújula para guiarme. Cuando una enfermera vino a hablar conmigo a
responder a cualquier pregunta que tuviera, le pregunté si podía usar un
teléfono. Llamé a mi papá y aprendí el
significado del perdón. Yo prácticamente
había escupido en la cara de mis padres, pero mi papá aceptó venir a buscar a
su hija rota y llevarla a su casa. Lloré
las 4 horas de vuelta en auto.
Mi barriga
todavía no se notaba y mis papás no sabían sobre el embarazo; no sabía cómo
decirles, pero eso no importaría por mucho tiempo. En septiembre, todavía no se notaba mi
embarazo, pero yo vomitaba mucho y mis pies se hinchaban mucho también. Mamá inicialmente pensó que era sólo que mi
cuerpo no estaba acostumbrado a una gran cantidad de alimentos ya que había
pasado tanto tiempo sin comer. Ella, eventualmente, se dio cuenta. Una mañana, mamá me dio un test de embarazo y,
con seguridad, dio positivo. Yo sabía
que no podía seguir ocultándolo más, así que le conté todo. Me ayudó a hacer una cita con un obstetra para
que me revisara. Ella me acompañó e
incluso pagó por la cita. Milagrosamente, yo estaba bien más allá de una
inestabilidad de la presión arterial y el bebé estaba muy bien a pesar de la
falta de nutrición y de cuidado prenatal en la mayor parte del embarazo. Era
una niña.
Unos días más
tarde, mi padre me mostró un anuncio que encontró en el diario de una pareja en
búsqueda para adoptar y me dijo que tenía esa opción si quisiera tomarla. Lo pensé y entré a la página web que habían
incluido en su anuncio. Era una pareja
sin hijos que quería tenerlos, pero no habían podido. Todo en ellos parecía estupendo, pero debido a
mi experiencia con el "príncipe azul", yo estaba más que desconfiada.
Mi padre me contrató un abogado y
comenzó el proceso de comunicación con esta pareja. A través de un intercambio de correspondencia,
vi que eran genuinos y fieles a sus palabras. Mi abogado me dijo que antes de que pudieran
completar el papeleo necesario para la adopción, tenían que poner un anuncio
en el periódico local y el periódico de donde vivía el padre del bebé dándole 14 días a partir de la primera publicación para responder si
él tenía la intención de impugnar el procedimiento. Su madre trató de intervenir, pero no fue más que
mucho ruido y pocas nueces.
Cuando estaba
embarazada, mis amigos me preguntaron si sería capaz de mirar a mi hija a la
cara sin ver al violador. En un primer
momento, era una pregunta difícil de responder. Después de pensarlo un poco yo creí que podía
mirar más allá y ver al bebé por lo que ella sería. Esta niña no me hizo nada malo y no pidió
nacer así; la culpa es del desgraciado que me mintió, usó e hirió. Si Dios no hubiese tenido la intención de que ella
llegara al mundo, Él no lo habría permitido. Él da un sentido a cada
pequeña cosa que sucede - incluso a la tragedia y la
adversidad.
El 4 de
diciembre de 2006, Isabelle nació por cesárea. Ella se fue a su casa a los tres días con su
nueva familia; a su nueva vida y a un futuro mucho mejor que el que una chica
de 19 años, sin trabajo y dañada emocionalmente podría haberle dado. En los días previos a su nacimiento, me dije a
mi misma que no lloraría cuando sus padres adoptivos se la llevaran a casa,
pero ese propósito se derrumbó cuando la abracé por última vez y compartimos un agridulce
breve momento como madre e hija. Quedó un
dolor en mi corazón porque yo siempre había querido una hija...
Hoy, ella es una
brillante y burbujeante niñita de 7 años con una hermanita adoptada y un perro.
Le encanta cantar, nadar, y pintar, y se
destaca en lo académico. Ella me conoce,
pero no sabe la verdad de quien realmente soy; para ella, soy la tía
Erin y así es cómo voy a quedar. Quiero
que tenga la alegría y el amor por su mamá y papá sin una confusión similar a
la que yo tenía cuando era niña y descubrí que mi mamá y mi papá no eran mis
padres biológicos. Estoy muy, muy orgullosa
de ella y nunca me arrepentiré de mi decisión de dar a luz y de renunciar a
ella. Sí, a veces duele mirar en
silencio desde lejos pero, saber que ella es feliz y saludable, es lo
más importante para mí.
Si yo hubiera
seguido los consejos de mis “amigos” y hubiera abortado, esa familia estaría
incompleta, el mundo se estaría perdiendo una niña encantadora y todo el
potencial que vino con ella, y yo no sería la mujer que soy hoy. Aunque extremadamente doloroso, todos esos
acontecimientos me han hecho más fuerte y me han ayudado a
desarrollarme mental, emocional y espiritualmente de una manera que no creo que
pudiera haber ocurrido si no hubiera experimentado esa prueba y salido de
ella triunfante. A menudo sólo damos
gracias a Dios por las cosas que salen bien en nuestras vidas, pero tenemos que
recordar darle gracias por el mal porque a veces se necesita algo
verdaderamente horrible para crear algo hermoso.
Thursday, July 23, 2015
QUÉ SIGNIFICA PODER TENER UN CUMPLEAÑOS, por Rebecca Kiessling.
Hoy es mi cumpleaños y no me avergüenza revelar mi edad porque es un dato muy relevante. Nací el 22 de julio de 1969, exactamente diez meses antes de la celebración de la audiencia en Texas por el caso Roe y Wade y tres años y medio antes de que la Corte suprema de los EE.UU legalizara el aborto. Fui concebida cuando un violador en serie secuestró a mi madre biológica a punta de cuchillo. Ella intentó abortarme en dos ocasiones en un abortorio "clandestino" ya que el aborto era ilegal. Esta experiencia mía tan próxima a la muerte, cambió mi vida. Cuando conocí a mi madre biológica a la edad de 19 años ella estaba a favor del aborto y, aunque se mostró feliz por haberme encontrado, reconoció que si el aborto hubiese sido legal en aquel momento, me habría abortado. Seis años después cambió su manera de ver las cosas y ahora celebramos juntas que nos librásemos del horror del aborto. La gente me dice: "Que bien que tu madre optara por la vida", pero no lo hizo. Optó por el aborto. Quienes lo hicieron, fueron los legisladores pro vida, activistas y votantes y ellos son mis héroes. Le debo mi vida a la ley que me protegió. A mediados de los años 60 se intentó legalizar el aborto por violación en todo el país. Norma McCorney incluso mintió diciendo que había sido violada par legalizar el aborto en Texas. Pero yo procedo de Míchigan donde nunca se ha contemplado la exclusión de las excepciones en la ley del aborto. Por esto, tengo un motivo pata celebrar. Soy muy afortunada porque mucha gente cuenta mi historia alrededor del mundo. La gente me dice cosas que habitualmente nadie escucha como que están felices por el hecho de que yo naciera. Agradezco todas estas palabras pero creo que todo el mundo merece escucharlas. Así que cuando tengo ocasión, es el cumpleaños de alguien, o me cuentan historias sobre su vida me gusta decir: " Feliz cumpleaños ¡ Que contenta estoy de que nacieras". Y la gente responde:"Hala, nunca nadie me había dicho nada similar". Qué bonito sería decirnos estas palabras unos a otros. Mucha gente sufre la cultura del aborto y se han creído la mentira de que sus vidas no importan. Así que, por favor. Digan a sus allegados lo felices que están porque nacieron. Hace dos años mi madre biológica me llamó para felicitarme por el cumpleaños y para comunicarme que mi abuela biológica había muerto ese mismo día. Nací en su aniversario de bodas y ella murió en mi cumpleaños. La había visitado poco antes y guardo el recuerdo de cantar con ella " You are muy sunshine". Le dije a mi madre biológica que, aunque estaba en Massachusetts visitando a mis suegros, iba a coger un vuelo para estar con ella. A punto de colgar, ella me dijo con voz quebrada: " Rebecca, ¡estoy tan contenta de haberte tenido!". Y fue mi mejor regalo de cumpleaños. Esta mañana he escrito un poema para compartir en Facebook y también lo querría compartir aquí:
Hoy nací.
Podrían haberme arrancado
del vientre de mi madre,
su cuerpo, mi tumba.
Pero nací
porque hubo quien vio mi desgracia.
Mira, estaba protegida
en lugar de condenada.
Hoy puedo celebrar
en lugar de odiar
al violador
y al aborto.
Cuando usted me dice,
"feliz cumpleaños"
sea consciente, por favor,
de que existo
y que otros no están
porque no se les protegió.
Hoy es mi cumpleaños y no me avergüenza revelar mi edad porque es un dato muy relevante. Nací el 22 de julio de 1969, exactamente diez meses antes de la celebración de la audiencia en Texas por el caso Roe y Wade y tres años y medio antes de que la Corte suprema de los EE.UU legalizara el aborto. Fui concebida cuando un violador en serie secuestró a mi madre biológica a punta de cuchillo. Ella intentó abortarme en dos ocasiones en un abortorio "clandestino" ya que el aborto era ilegal. Esta experiencia mía tan próxima a la muerte, cambió mi vida. Cuando conocí a mi madre biológica a la edad de 19 años ella estaba a favor del aborto y, aunque se mostró feliz por haberme encontrado, reconoció que si el aborto hubiese sido legal en aquel momento, me habría abortado. Seis años después cambió su manera de ver las cosas y ahora celebramos juntas que nos librásemos del horror del aborto. La gente me dice: "Que bien que tu madre optara por la vida", pero no lo hizo. Optó por el aborto. Quienes lo hicieron, fueron los legisladores pro vida, activistas y votantes y ellos son mis héroes. Le debo mi vida a la ley que me protegió. A mediados de los años 60 se intentó legalizar el aborto por violación en todo el país. Norma McCorney incluso mintió diciendo que había sido violada par legalizar el aborto en Texas. Pero yo procedo de Míchigan donde nunca se ha contemplado la exclusión de las excepciones en la ley del aborto. Por esto, tengo un motivo pata celebrar. Soy muy afortunada porque mucha gente cuenta mi historia alrededor del mundo. La gente me dice cosas que habitualmente nadie escucha como que están felices por el hecho de que yo naciera. Agradezco todas estas palabras pero creo que todo el mundo merece escucharlas. Así que cuando tengo ocasión, es el cumpleaños de alguien, o me cuentan historias sobre su vida me gusta decir: " Feliz cumpleaños ¡ Que contenta estoy de que nacieras". Y la gente responde:"Hala, nunca nadie me había dicho nada similar". Qué bonito sería decirnos estas palabras unos a otros. Mucha gente sufre la cultura del aborto y se han creído la mentira de que sus vidas no importan. Así que, por favor. Digan a sus allegados lo felices que están porque nacieron. Hace dos años mi madre biológica me llamó para felicitarme por el cumpleaños y para comunicarme que mi abuela biológica había muerto ese mismo día. Nací en su aniversario de bodas y ella murió en mi cumpleaños. La había visitado poco antes y guardo el recuerdo de cantar con ella " You are muy sunshine". Le dije a mi madre biológica que, aunque estaba en Massachusetts visitando a mis suegros, iba a coger un vuelo para estar con ella. A punto de colgar, ella me dijo con voz quebrada: " Rebecca, ¡estoy tan contenta de haberte tenido!". Y fue mi mejor regalo de cumpleaños. Esta mañana he escrito un poema para compartir en Facebook y también lo querría compartir aquí:
Hoy nací.
Podrían haberme arrancado
del vientre de mi madre,
su cuerpo, mi tumba.
Pero nací
porque hubo quien vio mi desgracia.
Mira, estaba protegida
en lugar de condenada.
Hoy puedo celebrar
en lugar de odiar
al violador
y al aborto.
Cuando usted me dice,
"feliz cumpleaños"
sea consciente, por favor,
de que existo
y que otros no están
porque no se les protegió.
Tuesday, June 30, 2015
Lo que el movimiento pro-vida puede aprender de la víctima de violación grupal que rechazó el
aborto.
por Rebecca Kiessling
17 de junio de
2015 (LifeSiteNews) –A una sobreviviente de una violación en grupo con siete
meses de embarazo se le ha negado un aborto tardío por el alto tribunal de
Gujurat en la
India. Amnistía
Internacional y la
Federación Internacional de Planificación Familiar utilizan
regularmente este tipo de historias para exigir la legalización del aborto
durante los nueve meses de embarazo - no sólo en casos de violación, si no que
por cualquier motivo. La violación es
sólo la palanca para abrir de par en par la puerta al aborto.
Pero ¿qué
pasaría si se supiera el resto de la historia? ¿Qué pasaría si en estas
historias hubiera más de lo que se informa inicialmente?
El trato hacia
esta sobreviviente de violación embarazada en particular es uno de los peores
sobre los que he leído o escuchado. Pero
en su brutalidad, demuestra que el aborto no es la respuesta, necesitamos un
cambio cultural global sobre cómo se trata a embarazadas víctimas de violación,
y cómo un niño concebido en violación debe ser bienvenido y aceptado.
De acuerdo a la
petición de aborto, la mujer de 24 años casada, originaria de Botad, India, es
la madre de otros dos hijos. Alega que,
después de una brutal violación en grupo, su marido la abandonó y quería que
abortara a su hijo de 28 semanas a cualquier precio. Sin embargo, dos meses más tarde, lista para
dar a luz, su marido ha decidido permanecer a su lado. Su familia política la ha rechazado, y porque
su marido está junto a ella, en el presente él también es marginado de su
propia familia. Ella ahora dice que una
parte de ella siempre quiso quedarse con su hijo.
Al igual que con
la mayoría de las sobrevivientes de violación embarazadas, ella desde un
principio no quería abortar, pero estaba bajo la presión de personas cercanas a
ella - y en este caso, de entre 100 y 200 miembros de su comunidad, quienes
determinarán su destino.
Su comunidad
está exigiendo que pase por un "ritual de purificación", una prueba
con un "tántrico" - una especie de sumo sacerdote conocido por
practicar magia negra. Los Tántricos han
actuado como administradores mucho antes de que se establecieran tribunales y
la policía.
La prueba ritual
tántrica implica una interrogación de la víctima de violación, y luego probar
su veracidad "tomando una pizca de semillas de cebada de una bolsa y
pidiéndole que diga si el número de semillas en su mano es un número par o
impar". Ella es sometida
reiteradamente a este proceso, incluso con una piedra de 10 kilos en su cabeza,
que debe permanecer en su lugar hasta que el tántrico esté satisfecho respecto
a que ella está diciendo la verdad.
Según informes,
este ritual puede tardar meses en completarse, bajo la creencia de que una
diosa revelará la verdad. Si, al final,
la víctima de violación pasa la prueba, entonces nadie puede desterrarla o
condenarla; si no, ella es considerada "impura", y está condenada al
ostracismo de la comunidad, junto con sus parientes lejanos.
Sus propios
padres están apoyando esta prueba de purificación por temor a lo que va a pasar
con ellos y sus otros dos hijos solteros una vez que ella dé a luz a este hijo
concebido en una violación. Si el tántrico no la absuelve, a sus hermanos nunca
se les dará el permiso para casarse.
Ella no sólo
tiene que soportar este agotador proceso dentro de su comunidad, también está
buscando la ayuda del Ministro Jefe de la agencia de orden público porque dice
que la policía local está protegiendo a su violador principal, quien la mantuvo
cautiva durante 250 días, ocho meses, porque es rico e influyente. Hasta el momento, no ha sido capaz de obtener
justicia a través de la aplicación de ley.
Él no sólo no ha sido detenido, además ella y su madre recibieron
amenazas de su guardaespaldas. Al negar
el aborto a mediados de abril, el juez del Tribunal Superior concedió también a
ella y a su familia protección policial.
A pesar de estos
contratiempos, el Tribunal ha nombrado a un "Recaudador" para
"asegurar que se proporcionen servicios médicos adecuados", que
"el niño sea dado a luz de manera segura", y "deberá velar
también porque después del parto, el niño sea bien atendido y no sea abandonado
de cualquier manera. Si es necesario, el
Recaudador puede hacer uso de los servicios de cualquier ONG o cualquier otra organización
social del gobierno".
El lenguaje de la Corte es alentador, pero la India tiene un lamentable
historial respecto a la obtención de justicia para víctimas de violación.
Este febrero,
mientras que la víctima en esta historia estaba en cautiverio, el Tribunal
Supremo de la India
provocó indignación internacional cuando se determinó que no existe la
violación dentro del matrimonio en la
India - una nación donde las hijas se venden al mejor postor,
porque el pago de dote sigue siendo realizado y los matrimonios son comúnmente
arreglados.
Al oír esto, su
violador obtuvo de ella su huella digital en un notario, y usó a un tántrico
para que la pronunciara casada con el violador.
Ninguno de los involucrados - desde el notario, el tántrico hasta los
múltiples violadores - han sido arrestados ni buscados o identificados por la
policía local.
Sin embargo,
mientras que el violador y sus cómplices están libres, muchos podrían
argumentar que el niño inocente debería ser castigado siendo condenado a
muerte. La legislación pertinente en la India es la Ley de Interrupción Médica del
Embarazo, que no permite el aborto más allá de 20 semanas con el argumento de
que los abortos tardíos son peligrosos para la salud de la mujer.
El Juez del
Tribunal Superior, Gujurat JB Pardiwala, citó el hecho de que su vida estaría
en peligro con un aborto a las 28-semanas.
"Un niño en el vientre de una mujer como consecuencia de concebir a
través de un acto de violación no sólo es extremadamente traumático para ella,
si no que también es humillante, aterrador y psicológicamente devastador y como
ser humano, más particularmente en la sociedad india, ella se convierte en
objeto de desprecio y ostracismo. Esto
es muy lamentable ", dijo el juez.
Pero este juez
reconoce que el aborto no es la respuesta, y tomó las medidas necesarias para
proveer atención sanitaria fiable para ella, y que el niño sea alimentado y
protegido. Esa es la solución.
¿Se imagina si
en lugar de promulgar leyes con excepciones en casos de violación, los
legisladores estadounidenses aprobaran leyes que proveen asistencia médica
especial para el alumbramiento de los niños concebidos en una violación, y el
nombramiento de una persona como el "Recaudador" en la India , quien se aseguraría
de que estos niños y sus madres estén debidamente atendidos y no condenados al
ostracismo o al abandono? Esa es la
respuesta.
Sancionar a los
violadores, no a los bebés y sus madres víctimas de violación. Proteger a los bebés y sus madres - no a los
violadores. ¿Es tan difícil de entender?
Rebecca Kiessling es abogada y oradora internacional
pro vida, concebida en una violación.
Ella es la fundadora y presidenta de Save The 1 y co-fundador de
Esperanza Después Concepción por Violación.
Sunday, June 21, 2015
FUE VIOLADA E INTENTÓ ABORTAR:"¡ESTOY TAN CONTENTA DE HABERTE TENIDO!"
por Rebecca Kiessling
El mejor regalo que me hicieron en mi 44 cumpleaños fueron las palabras emocionadas de mi madre biológica: "¡Estoy tan contenta de haberte tenido!". Veinticinco años después de conocernos y de que me confesara que se había planteado abortarme en dos ocasiones en centros ilegales, después de ser forzada y violada salvajemente por mi padre biológico a punta de cuchillo.
Aquel día tuvo para mí un sabor agridulce ya que me llamó para felicitarme y también para que supiera que mi abuela Nina había fallecido temprano aquella mañana. Yo nací el día del aniversario de boda de mis abuelos y ella moría el día de mi cumpleaños. Hablamos un buen rato por teléfono y, poco antes de colgar, repitió mi nombre varias veces como si tuviese que decirme algo muy importante: "¡Estoy tan contenta de haberte tenido!".
Aquellas palabras me sorprendieron. Mi madre siempre se había reafirmado en que me habría abortado si el aborto hubiese sido legal. De hecho, lo intentó en dos fallidas ocasiones. Es más, defendió su postura durante seis años hasta que una sobrina mía se quedó embarazada sin planearlo del que sería bisnieto de mi madre biológica. De repente, parecía que todos sus planteamientos habían dado la vuelta. Se dio cuenta de lo importante que era la vida y sintió que estaba en deuda conmigo y que me lo tenía que decir.
En estos últimos años mi madre ha contado su historia en varias entrevistas- en la revista Glamour-y en programas de televisión como Extra y siempre ha explicado al entrevistador que está orgullosísima de haberme tenido. " Estoy feliz porque, ahora, tengo una hija maravillosa que brilla como el sol". Para mí oír esas palabras es como una bendición. Me apoya mucho en todos mis actos pro vida e incluso me acompaña y defiende fervorosamente la vida y explica lo contenta que está por haberme tenido. Pero, en ese mi 44 cumpleaños, tuve el gran privilegio de que me hiciera esa confesión a mí personalmente y fue el mejor regalo que he recibido en mi vida y recibiré, bueno, ¡después del regalo de haber nacido y de tener la oportunidad de celebrarlo!
Hay mucha gente que piensa que yo debo de ser la peor cosa que le ha pasado a mi madre en la vida -no tanto mi persona como la violación y el embarazo resultante- y creen que soy un recordatorio terrible de ese día pero no es así. El día en que falleció su madre fui un consuelo para su entristecido corazón y un punto dónde asirse para conversar y contar sus penas. Por lo menos tiene una hijita con quien hablar y a quién contar sus sentimientos y pienso en tantos millones de mujeres que no tienen esa gran suerte porque han abortado y lo lamento por ellas.
La gente me pregunta con mucha frecuencia si no es duro para mí narrar una y otra vez mi historia de sufrimiento y si no hubiese preferido ignorar la verdad sobre mi concepción y que estuve a punto de acabar en las manos de unos abortistas y yo les respondo: "¡En absoluto!". Es mi vida, mi historia y Dios se está valiendo de ella para hacer cosas grandes. Muchas veces hablo con personas encantadoras, incluso pro vida pero que están a favor de la excepción en caso de violación y, con mi historia, les ayudo a ver las cosas de otra manera y les abro la mente y el corazón. También me relaciono con personas a las que mi testimonio les ha hecho percibir la vida con otra dimensión y que me obsequian con frases del tipo: " ¡Cuánto me alegro de que hubieras nacido". A veces me avergüenza un poco porque sé que no todo el mundo recibe estos bellos cumplidos. Por eso, tengo la costumbre, siempre que felicito a alguien por su cumpleaños, de decirles: "Cuánto me alegro de que nacieras". Y lo cierto es que te lo agradecen y se conmueven y te responden: "Muchas gracias. Nadie nunca me ha dicho una cosa semejante".
Deberíamos adoptar el hábito de felicitarnos así unos a otros porque esto es lo que supone, precisamente, celebrar el cumpleaños: celebrar que hemos nacido. Somos únicos, irrepetibles y creados todos por Dios para una misión en la vida. Y estamos todos llamados a ser bendecidos por Él, sin importar las circunstancias de nuestra concepción.
Si tienes hijos, no dudes en decirles muchas veces lo contento que estás por haberlos tenido-no por haberlos planeado- y por haberles dado la oportunidad de que descubran que hay algo grande previsto para cada una de sus vidas, independientemente de las intenciones personales.
Rebecca Kiessling es conferenciante pro vida internacional, abogada, esposa, madre de cinco hijos y fundadora y presidenta del movimiento "Save the one".
Carta que escribió Joann a su hija Rebecca cuando se vieron por primera vez.
My Dearest Rebecca,
Hoping by now that the shock of finding out all the details of your birth is forgotten. For that was not reason enough of having to give something up as beautiful as you were. Nothing as precious as a baby. Mostly when you carry one nine months and you go through the birth feeling no one loves you, but you were so perfect and pretty. All these years I had nothing of you, no picture, nothing even saying you were part of me. Just the memory of carrying a baby that I hoped one day would try to find her real mother as I wanted to know my baby. I always loved you in my heart. You were always with me in my thoughts, mostly in July.
. . . .
It seems like a lifetime I know. When I was sick two years ago I thought I would never get to know my little girl.. . . .
Would you please see if you could get me a copy of the letter you sent to the Oakland County Judge? It made me cry. Also I would like copies of your poems.
These are things I would like to read.
. . . .
Its been a long three weeks. Looking forward to our meeting. I didn’t know how to express my inner feelings. IT’S SO GREAT — BIG BEAUTIFUL — ITS ALWAYS BEEN MY DREAM. I AM SO HAPPY I AM CRYING.
A love that ate at me
for nineteen years,
my daughter at last.
With love,
your Mom,Joann
Mi querida Rebecca,
Espero que el shock que supuso haber conocido los detalles de tu nacimiento ya haya desaparecido. Porque ese no fue motivo suficiente para entregarte en adopción, cuando pienso lo bonita que eras. Nada tan precioso como mi niña. Lo más duro fue haberte llevado nueve meses en mi seno y afrontar el parto pensando que nadie me quería, pero tú eras tan perfecta y preciosa.
Todos esos años no tuve nada tuyo, una fotografía, nada que me recordara que tú eras parte de mí. Sólo tenía el recuerdo de haber concebido un bebé, esperando que un día trataría de buscar a su verdadera madre, tanto como yo quería conocer a mi hija. Siempre te llevé en mi corazón. Siempre estuviste en mis pensamientos, especialmente en Julio.
...
Parece toda una eternidad, lo sé. Cuando enfermé dos años atrás pensé que ya nunca más habría de conocer a mi preciosa hijita.
...
¿Podrías conseguirme una copia de la carta que enviaste al juez del condado de Oakland? Me hizo llorar. También me encantaría disponer de copias de tus poesías. Son cosas que me encantaría leer.
...
Han sido tres semanas largas. Esperando nuestro encuentro con ganas. No supe cómo expresar mis más íntimos sentimientos. ES ALGO GRANDE -PRECIOSO- SIEMPRE HA SIDO MI SUEÑO. ESTOY TAN FELIZ QUE LLORO.
Un amor que me consumía desde hacía 19 años, mi hija al fin. Con amor,
tu madre, Joann
por Rebecca Kiessling
El mejor regalo que me hicieron en mi 44 cumpleaños fueron las palabras emocionadas de mi madre biológica: "¡Estoy tan contenta de haberte tenido!". Veinticinco años después de conocernos y de que me confesara que se había planteado abortarme en dos ocasiones en centros ilegales, después de ser forzada y violada salvajemente por mi padre biológico a punta de cuchillo.
Aquel día tuvo para mí un sabor agridulce ya que me llamó para felicitarme y también para que supiera que mi abuela Nina había fallecido temprano aquella mañana. Yo nací el día del aniversario de boda de mis abuelos y ella moría el día de mi cumpleaños. Hablamos un buen rato por teléfono y, poco antes de colgar, repitió mi nombre varias veces como si tuviese que decirme algo muy importante: "¡Estoy tan contenta de haberte tenido!".
Aquellas palabras me sorprendieron. Mi madre siempre se había reafirmado en que me habría abortado si el aborto hubiese sido legal. De hecho, lo intentó en dos fallidas ocasiones. Es más, defendió su postura durante seis años hasta que una sobrina mía se quedó embarazada sin planearlo del que sería bisnieto de mi madre biológica. De repente, parecía que todos sus planteamientos habían dado la vuelta. Se dio cuenta de lo importante que era la vida y sintió que estaba en deuda conmigo y que me lo tenía que decir.
En estos últimos años mi madre ha contado su historia en varias entrevistas- en la revista Glamour-y en programas de televisión como Extra y siempre ha explicado al entrevistador que está orgullosísima de haberme tenido. " Estoy feliz porque, ahora, tengo una hija maravillosa que brilla como el sol". Para mí oír esas palabras es como una bendición. Me apoya mucho en todos mis actos pro vida e incluso me acompaña y defiende fervorosamente la vida y explica lo contenta que está por haberme tenido. Pero, en ese mi 44 cumpleaños, tuve el gran privilegio de que me hiciera esa confesión a mí personalmente y fue el mejor regalo que he recibido en mi vida y recibiré, bueno, ¡después del regalo de haber nacido y de tener la oportunidad de celebrarlo!
Hay mucha gente que piensa que yo debo de ser la peor cosa que le ha pasado a mi madre en la vida -no tanto mi persona como la violación y el embarazo resultante- y creen que soy un recordatorio terrible de ese día pero no es así. El día en que falleció su madre fui un consuelo para su entristecido corazón y un punto dónde asirse para conversar y contar sus penas. Por lo menos tiene una hijita con quien hablar y a quién contar sus sentimientos y pienso en tantos millones de mujeres que no tienen esa gran suerte porque han abortado y lo lamento por ellas.
La gente me pregunta con mucha frecuencia si no es duro para mí narrar una y otra vez mi historia de sufrimiento y si no hubiese preferido ignorar la verdad sobre mi concepción y que estuve a punto de acabar en las manos de unos abortistas y yo les respondo: "¡En absoluto!". Es mi vida, mi historia y Dios se está valiendo de ella para hacer cosas grandes. Muchas veces hablo con personas encantadoras, incluso pro vida pero que están a favor de la excepción en caso de violación y, con mi historia, les ayudo a ver las cosas de otra manera y les abro la mente y el corazón. También me relaciono con personas a las que mi testimonio les ha hecho percibir la vida con otra dimensión y que me obsequian con frases del tipo: " ¡Cuánto me alegro de que hubieras nacido". A veces me avergüenza un poco porque sé que no todo el mundo recibe estos bellos cumplidos. Por eso, tengo la costumbre, siempre que felicito a alguien por su cumpleaños, de decirles: "Cuánto me alegro de que nacieras". Y lo cierto es que te lo agradecen y se conmueven y te responden: "Muchas gracias. Nadie nunca me ha dicho una cosa semejante".
Deberíamos adoptar el hábito de felicitarnos así unos a otros porque esto es lo que supone, precisamente, celebrar el cumpleaños: celebrar que hemos nacido. Somos únicos, irrepetibles y creados todos por Dios para una misión en la vida. Y estamos todos llamados a ser bendecidos por Él, sin importar las circunstancias de nuestra concepción.
Si tienes hijos, no dudes en decirles muchas veces lo contento que estás por haberlos tenido-no por haberlos planeado- y por haberles dado la oportunidad de que descubran que hay algo grande previsto para cada una de sus vidas, independientemente de las intenciones personales.
Rebecca Kiessling es conferenciante pro vida internacional, abogada, esposa, madre de cinco hijos y fundadora y presidenta del movimiento "Save the one".
Carta que escribió Joann a su hija Rebecca cuando se vieron por primera vez.
My Dearest Rebecca,
Hoping by now that the shock of finding out all the details of your birth is forgotten. For that was not reason enough of having to give something up as beautiful as you were. Nothing as precious as a baby. Mostly when you carry one nine months and you go through the birth feeling no one loves you, but you were so perfect and pretty. All these years I had nothing of you, no picture, nothing even saying you were part of me. Just the memory of carrying a baby that I hoped one day would try to find her real mother as I wanted to know my baby. I always loved you in my heart. You were always with me in my thoughts, mostly in July.
. . . .
It seems like a lifetime I know. When I was sick two years ago I thought I would never get to know my little girl.. . . .
Would you please see if you could get me a copy of the letter you sent to the Oakland County Judge? It made me cry. Also I would like copies of your poems.
These are things I would like to read.
. . . .
Its been a long three weeks. Looking forward to our meeting. I didn’t know how to express my inner feelings. IT’S SO GREAT — BIG BEAUTIFUL — ITS ALWAYS BEEN MY DREAM. I AM SO HAPPY I AM CRYING.
A love that ate at me
for nineteen years,
my daughter at last.
With love,
your Mom,Joann
Mi querida Rebecca,
Espero que el shock que supuso haber conocido los detalles de tu nacimiento ya haya desaparecido. Porque ese no fue motivo suficiente para entregarte en adopción, cuando pienso lo bonita que eras. Nada tan precioso como mi niña. Lo más duro fue haberte llevado nueve meses en mi seno y afrontar el parto pensando que nadie me quería, pero tú eras tan perfecta y preciosa.
Todos esos años no tuve nada tuyo, una fotografía, nada que me recordara que tú eras parte de mí. Sólo tenía el recuerdo de haber concebido un bebé, esperando que un día trataría de buscar a su verdadera madre, tanto como yo quería conocer a mi hija. Siempre te llevé en mi corazón. Siempre estuviste en mis pensamientos, especialmente en Julio.
...
Parece toda una eternidad, lo sé. Cuando enfermé dos años atrás pensé que ya nunca más habría de conocer a mi preciosa hijita.
...
¿Podrías conseguirme una copia de la carta que enviaste al juez del condado de Oakland? Me hizo llorar. También me encantaría disponer de copias de tus poesías. Son cosas que me encantaría leer.
...
Han sido tres semanas largas. Esperando nuestro encuentro con ganas. No supe cómo expresar mis más íntimos sentimientos. ES ALGO GRANDE -PRECIOSO- SIEMPRE HA SIDO MI SUEÑO. ESTOY TAN FELIZ QUE LLORO.
Un amor que me consumía desde hacía 19 años, mi hija al fin. Con amor,
tu madre, Joann
Saturday, June 20, 2015
Mi madre biológica fue violada, pero Dios tenía un plan para
nuestras vidas.
por Sherry Hensley.
Hace seis años, en un viaje que realicé para visitar a mis padres, tuve el privilegio de conocer a una mujer a la que
he llegado a admirar por su amor desinteresado, su fuerza, y su acto de valentía
en medio de la adversidad : mi madre biológica.
Siempre supe que era adoptada. Mis padres no lo mantuvieron en secreto y
me amaban sin importarles si yo había nacido en la familia o era adoptada.
Mis padres me decían que cuando cumpliera 18 años, si quiería podía buscar a mis padres biológicos y que me ayudarían a
hacerlo.
Durante
muchos años, he tenido problemas de salud y tenía un
montón de preguntas que los adoptados solemos hacemos. Mi adopción fue "cerrada", pero en
enero de 2008, decidí pedir información.
Finalmente, llegó el día en que recibí el sobre por
correo. Estaba nerviosa y emocionada, todo al mismo tiempo. Esperé hasta que mi marido llegara a casa del
trabajo para abrirlo. Esa tarde, en
enero de 2008, abrí el sobre, y lo leímos juntos. Estaba sorprendida de lo que leía. Al leer que mi madre biológica enseñaba a niños con parálisis
cerebral, ¡me sentí tan orgullosa de ella!
El paquete no tenía mucha información
acerca de mi padre biológico excepto que en una de las páginas en letras
grandes decía: " Presunto Padre". Ahí fue cuando tuve la sensación de
que algo malo suceddía.
Después de que mi marido y yo terminamos de
leer la información, él me dijo que quería que conociéramos más a mi madre
biológica, animándome a buscarla. Llamé a mis
padres, y les dije que iba a continuar la búsqueda de mi madre biológica.
Escribí una declaración
de búsqueda de mi
madre biológica sin ningún nombre y se lo envié por
correo electrónico a mi asistente social. Pasaron varios días que más parecían años. Seguía rezando para que Dios me ayudara porque quería saber quién era ella para poder darle las gracias por haber
elegido la vida.
Finalmente, llegó el día en que recibí
una llamada telefónica de mi asistente social. Ella dijo que había hablado con mi madre
biológica, y que quería contactar
conmigo! La asistente social me dijo que
antes de que pudiera darme toda la información, mi madre biológica quería que
yo supiera la verdad: mi madre biológica había sido violada.
El día en que me enteré de
que fui concebida en una violación, decidí no disgustarme o
amargarme e
intentar amar a mi padre biológico. ¿Por qué elegí amar
a mi padre biológico, que es un violador? Porque Jesucristo murió en la cruz por mis
pecados, así como los pecados de mi padre biológico. Decidí amarlo a través del amor de Jesucristo.
Ese día, Dios también me dio un corazón
lleno de tanto amor y compasión por mi madre biológica por lo que ella había
soportado.
Habían
pasado varias semanas tras la violación de mi madre biológica y ella descubrió que
estaba embarazada. Cuando se lo dijo a
su madre, no estuvo nada contenta y le dio un plazo de tres semanas para salir de casa. Su padre había fallecido en 1967, y no había
nadie más para protegerla y defenderla.
Entonces, se fue a vivir a un
hogar para madres solteras, y fue allí donde mi madre biológica comenzó su
proceso de sanación. Ella se preguntó:
¿qué voy a hacer con este bebé? Mi madre biológica tenía que tomar una
decisión. No tenía trabajo, ni un lugar estable
para vivir, no estaba casada, y no tenía apoyo de la familia. Mi padre biológico, por supuesto, no estaba. De hecho, ella ni siquiera sabía el nombre de
mi padre biológico.
Su tía tuvo una idea: podría intentar que le
practicaran un aborto ilegal con un médico en Michigan
(esto fue antes de Roe V. Wade)
Sin embargo, mi madre biológica sabía que
había una vida que creciendo dentro de su vientre --Vida dada por Dios y un don
de Dios. Mi madre biológica, dice que su
versículo favorito es Jeremías 29:11: " “Porque yo sé los planes que tengo
para vosotros” —declara el Señor— “planes de bienestar y no de calamidad, para daros
un futuro y una esperanza". Ella no quería perturbar los planes que Dios
tenía para la pequeña vida que estaba creciendo dentro de ella. Cuando decidió darme
en adopción, su única solicitud a la asistente social fue que su bebé fuera
puesta en un hogar fuertemente cristiano.
Cuando nací, mi madre biológica tuvo
algunas complicaciones. Las dos nos
quedamos en el hospital durante una semana hasta que ella fue dada de alta y yo fui entregada a mi familia de acogida. Dios bendijo a mi madre biológica con una
semana para amar, cuidar y mantener a su bebé que ella había bautizado Rebecca
Ann. Mi madre biológica y yo fuimos
dadas de alta del hospital el mismo día, y ella dijo que ahí me dejó en
las manos de Dios.
Cuando me puse en contacto con mi madre
biológica, ella me dijo: "Yo siempre te he amado, y tu fuiste el comienzo
de mi proceso de sanación". También
me dijo algo de lo que mucha gente no se da cuenta - que un bebé concebido en
una violación se convierte en un fuerte impulso de sanación. ¿Por qué? Porque
de algo horrible y traumático sale un ser humano precioso, y el Dador de la
Vida da sanación al que sufrió.
El día que mi asistente social me informó
que mi madre biológica quería conocerme, una sensación de plenitud se apoderó
de mí, y brotó en
mí el gran amor que siento
por ella.
La noche del 5 de febrero envié a
mi madre biológica un correo electrónico. Por la mañana, revisé mi bandeja de entrada y con
emoción vi que tenía un correo de ella, que incluía una foto de ella y su
familia. Tengo un medio-hermano y una
hermanastra. Intercambiamos más correos,
y yo la llamé y conversamos un poco. Fue
un alivio saber que pensábamos lo mismo. Ella dijo: "Ok, tenemos que ponernos de
acuerdo sobre cuándo podemos vernos". ¡Mis padres y mi marido me conocen bien, y esa
es exactamente la forma en que yo lo hubiera dicho! Así que nos pusimos de acuerdo, y fijamos el
día para el 21 y 22 mayo de 2008, ya que yo pensaba estar en casa
para pasar un tiempo con mis padres en las vacaciones.
Después de casi 35 años, finalmente llegó
el día que mi mamá, mi papá, mi marido y yo pudimos conocer a mi madre
biológica y a mi medio hermano. Nos juntamos
con ellos en el hotel donde nos alojábamos, nos sentamos a conversar al lado de
la la piscina, y luego tuvimos a una agradable cena. Mi madre biológica le pidió a mi medio hermano
que bendijera la mesa.
Él rezó y también agradeció a
Dios por la reunión de su madre y su hija. Yo casi lloré de la inmensa alegría
que sentí en ese momento.
Después de la cena, fuimos a su casa, y vi
fotos de ella cuando era más joven, y ¡me parecía tanto a
ella! Fue surrealista. La genética es salvaje.
Al día siguiente fue maravilloso también,
pasé la tarde con ella, recorriendo su ciudad natal, mirando más fotos. Ella me regaló una foto, así como una copia
del árbol genealógico de la familia, que es como tener un
tesoro! Me sentí muy afortunada de poder pasar tiempo con ella de esa manera. Le dije que me parecía que había ncontrado
a una hermana mayor. Mi madre biológica
es alguien de quien puedo aprender y la llamo " amiga especial". No
podría sentirme más satisfecha.
Sí, mi tía abuela biológica quería que me
abortaran, pero mi madre biológica eligió la vida, y yo fui protegida por la
ley de un aborto ilegal. Dios fue fiel a
la oración de mi madre biológica y me crié en un maravilloso
hogar cristiano donde se enseñaba la fe, y era real.
Dios ha sido tan bueno conmigo, y Él me ha bendecido sin medida con unos padres increíbles, un hermano que también es
adoptado, un marido cariñoso al que adoro, amigos maravillosos y una familia de iglesia muy unida. Fui concebida en una violación, pero soy amada.
Sherry Hensley es oradora pro vida de
Maryland , concebida en una violación, salvada de un aborto ilegal, y bloguera en Salvar
el 1, donde se
publicó esta columna. Está casada con un pastor evangélico y le encanta compartir su fe e inspirar a otros. Su sitio web es www.thevalueoflife.net